Al celebrar una Eucaristía por el 80º aniversario del Seminario Diocesano Santo Tomás de Aquino, el Obispo de San Cristóbal, Mons. Mario del Valle Moronta Rodríguez, recordó que la tarea del seminario es “formar sacerdotes de verdad, no caricaturas”.
El Prelado, emocionado por el aniversario del Seminario, dijo que “el Señor ha estado grande: fijando su mirada amorosa en nosotros, los de hoy y los de ayer, seres de barro débil pero fortalecidos por la acción de su Espíritu nos ha permitido realizar el objetivo del Seminario: formar sacerdotes, ayudar a los jóvenes seminaristas para que durante su proceso formativo, aprendan a configurarse con Cristo Sumo y eterno Sacerdote el día de su ordenación”.
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Añadió que “el Seminario se asemeja a la vivencia de Jesús con sus discípulos más cercanos, a quienes les instruía y educaba para que fueran luego sus Apóstoles y pastores de la naciente Iglesia”.
“Eso es lo que ha sido y deberá seguir siendo nuestro querido seminario: el lugar de gracia donde se forman, según las directivas de la Iglesia, aquellos que han sido llamados para el ministerio sacerdotal”, indicó el Obispo.
Al referirse a la tarea del seminario en el presente, mencionó que ésta es formar sacerdotes, no “profesionales de lo religioso”. Declaró también que “los sacerdotes deben ser imagen del Buen Pastor y deben ser capaces de conocer y ser conocidos por la grey y de dar la vida por sus ovejas. Sacerdotes que puedan ser testigos declarados de la Resurrección y así contagiar con su entusiasmo a los demás para que sigan a Jesús sin ningún tipo de condiciones”.
Mons. Moronta explicó que hoy es “fácil encontrar tentaciones y cantos de sirenas que inviten a los seminaristas y sacerdotes a actuar según los criterios del mundo” y advirtió que el combate de estas tentaciones “requiere que el sacerdote sea un hombre de oración y un hombre de Iglesia: capaz de vivir la comunión con Dios, con su Obispo y su presbiterio y con los demás”.
“En nuestro seminario queremos seguir formando ministros que sepan que al configurarse con Cristo, se configuran a Él, Sacerdote y Víctima, mediador y puente, dando muestra de amor al entregar también su propia vida”, sentenció.
El Prelado finalizó su homilía encomendándose a la Madre de Dios “a ella, la Madre de los sacerdotes le encomendamos la protección de nuestro seminario” y encomendándose también al santo patrono del seminario “a Santo Tomás de Aquino, patrono del Seminario, le pedimos que siga intercediendo para que la luz de la sabiduría, la decisión de la fe y el entusiasmo del Espíritu sigan reinando en nuestro Seminario Diocesano”.