Michelle Bauman, una estudiante de 15 años del Bishop Machebeuf High School en Denver, dejó oír su voz en el debate generado en Boulder, a raíz del reciente entierro de casi 500 bebés abortados.
Bauman escribió una carta para su clase de inglés en respuesta a otra que leyó publicada en el Denver Post. En su misiva comentó el entierro, que ha reabierto el debate sobre el aborto en los medios de comunicación del área de Denver.
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La iglesia Sacred Heart of Mary (Sagrado Corazón de María) había estado enterrando, por años y en silencio, los restos cremados de los bebés abortados en una clínica de Boulder, hasta que el hecho se hizo público el mes pasado.
El escrito de Bauman respondió al alboroto de los abortistas que protestaron por el gesto pro-vida y señaló las grietas de sus argumentos.
“Si un feto es una simple masa de tejidos, como creen los abortistas, ¿Por qué las clínicas abortivas entregan los fetos abortados a las funerarias?”, cuestionó la joven.
Según Bauman, “cuando a una persona se le extrae el apéndice, las amígdalas o un tumor; se envía lo extirpado a un laboratorio o se desecha siguiendo una serie de normas... el hecho que estos fetos sean enviados a una funeraria indica que son personas humanas”.