Al recibir a los consejeros y miembros de la Pontificia Comisión para América Latina, el Papa Juan Pablo II aseguró que la Iglesia en el continente debe “redescubrir y vivir plenamente el domingo como día del Señor y día de la Iglesia”.
El Santo Padre recordó que “participar en la Misa dominical no es sólo una obligación importante, como señala claramente el Catecismo de la Iglesia Católica (n.1389), sino, ante todo, una exigencia profunda de cada fiel. No se puede vivir la fe sin participar habitualmente en la Misa dominical, sacrificio de redención, banquete común de la Palabra de Dios y del Pan eucarístico, corazón de la vida cristiana”.
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Reflexionando sobre el tema de la reunión plenaria de la Comisión, "La Misa dominical, centro de la vida cristiana en América Latina", el Papa destacó el "renovado esfuerzo" por parte de los pastores de la Iglesia por "hacer descubrir la centralidad del domingo en la vida eclesial y social de los hombres y mujeres de hoy”.
“Es necesario concentrar los esfuerzos en una mejor y más cuidada instrucción y catequesis de los fieles sobre la Eucaristía, así como velar para que la celebración sea digna y decorosa, de modo que inspire respeto verdadero y piedad auténtica ante la grandeza del Misterio Eucarístico", agregó.
Asimismo, recordó que “la Misa dominical debe ser convenientemente preparada por el celebrante, con su disposición espiritual, traslucida después en los gestos y palabras y preparando convenientemente la homilía".
En este sentido, se refirió a la importancia de seleccionar y preparar "los cantos, signos y otros recursos que enriquecen la liturgia, siempre dentro del respeto debido a la normas establecidas, valorando toda la riqueza espiritual y pastoral del Misal Romano y las disposiciones propuestas por la Congregación para el Culto divino y la disciplina de los Sacramentos".
El Santo Padre terminó pidiendo que, en colaboración con los sacerdotes, religiosos y fieles; pusieran "el mayor empeño en reflexionar y profundizar en esta dimensión esencial de la vida sacramental de la Iglesia" y que trabajaran "para despertar un amor cada vez más grande por el Misterio eucarístico en las diócesis".