El Arzobispo de Corrientes, Mons. Domingo Castagna, señaló que las tragedias de Buenos Aires y el Sudeste Asiático demandan que “nos acerquemos unos a otros, en gestos de auténtica solidaridad, para calmar el dolor de las heridas y otorgar la fortaleza del espíritu que todos necesitamos”.
El Prelado dijo que “es imposible ensayar explicaciones o perseguir posibles responsables”, y aclaró que no se puede hablar de castigo de Dios sino de los riesgos desafiantes de la naturaleza o de accidentes ocasionados por la imprudencia, la inadvertencia o la irresponsabilidad de los hombres.
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Mons. Castagna señaló que “necesitamos prepararnos para compartir nuestros dolores y gozos en actitud de solidaridad fraterna pasando por alto las diferencias, siempre superables, y el deterioro causado por el mal aún activo”.
“No es un imposible el proyecto cristiano, ni sueños irrealizables las esperanzas de hombres y mujeres deseosos de salvar al mundo de estas catástrofes”, señaló el Arzobispo en su reflexión semanal.
Mons. Castagna insistió en que “es urgente aunar esperanzas, proyectos y esfuerzos”, e indicó que para ello urge “superar el estado de enemistad que prolifera entre las personas y grupos, reeditado constantemente y, a veces, agravado”.
“Nadie perdona nada a nadie. Todos parecen atribuir responsabilidades a otros, sin incluirse y constituyéndose en jueces intocables del resto de la sociedad”, indicó el Prelado.