Durante el emotivo encuentro con el nuevo embajador de Lituania ante la Santa Sede, Algirdas Saudargas, el Papa Juan Pablo II elogió el heroico catolicismo de esta nación sometida durante decenios por la hegemonía soviética, y pidió a la nación contribuir a consolidar la identidad cristiana de Europa.
El Santo Padre se dirigió al diplomático en su idioma natal, recordando la visita que efectuó en 1993 a ese país y afirmó que rezaba todos los días por los todos los lituanos “a quienes me ligan - lazos culturales y espirituales”.
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“Firme en la convicción secular de que la ley moral universal constituye un camino seguro para la convivencia civil”, dijo el Papa, “la Santa Sede no se cansa nunca de defender los derechos de los pueblos de presentarse en el escenario de la historia con las peculiaridades propias, respetando las libertades legítimas de cada uno”.
Después subrayó las raíces cristianas que han inspirado durante siglos la vida de Lituania, y manifestó la esperanza de que “los representantes de los ciudadanos lituanos se comprometan con ánimo sincero a construir una sociedad libre sobre bases sólidas éticas y morales, sirviéndose del noble patrimonio de ideales humanos y evangélicos que distinguen la historia de la nación”.
Juan Pablo II exhortó luego a los católicos lituanos a “colaborar con todas las personas de buena voluntad para evitar que la sociedad lituana se vea también influenciada por el modelo secularizado y hedonista de la vida y por sus fáciles seducciones”.
“Los creyentes –prosiguió- están dispuestos a caminar al lado de cuantos favorezcan la defensa de la familia y de la vida, desde su concepción hasta la muerte natural”.