Al recibir este viernes en visita ad limina a un grupo de obispos norteamericanos de las provincias eclesiásticas de Dubuque, Kansas City en Kansas, Omaha y St.Louis; el Papa Juan Pablo II llamó pidió que la Iglesia en Estados Unidos se renueve desde la renovación de la vida parroquial.
Al reflexionar sobre el ejercicio del gobierno episcopal, el Pontífice se refirió a “la relación que une a los obispos con sus colaboradores más estrechos en el apostolado, los sacerdotes”.
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El Papa subrayó que los lazos que unen a los obispos y a sus sacerdotes proceden “de la gracia de la Sagradas Ordenes y de la misión confiada por el Señor Resucitado a los apóstoles y sus sucesores en la Iglesia”.
“Junto al fomento de la confianza y la confidencia mutuas, el diálogo, el espíritu de unidad y el espíritu misionero común en la relación con sus sacerdotes –prosiguió- el obispo es también responsable de cultivar en los presbíteros un sentido de responsabilidad común en el gobierno de la Iglesia local", que comporta “una sólida visión eclesiológica”.
“Un objetivo común de vuestra guía –agregó- debe ser alentar y coordinar la tarea pastoral llevada a cabo en la gran red de parroquias e instituciones relacionadas que forman la Iglesia local. La parroquia, efectivamente, es ‘predominante entre todas las otras comunidades diocesanas’”.
Juan Pablo II señaló luego que la renovación de la vida eclesial “debería empezar con la revitalización de la comunidad parroquial”, centrada “en la predicación del Evangelio y la celebración de la Eucaristía”.
“El obispo juega un papel indispensable en esta revitalización, promoviendo con su autoridad las enseñanzas de la Iglesia y proponiendo un plan pastoral unificado capaz de inspirar y dirigir el apostolado del clero y de los laicos”, destacó.
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