BUENOS AIRES -- Mediante un comunicado escrito, el Cardenal Renato Martino, Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, que se encuentra en Argentina para presentar el Compendio de Doctrina Social de la Iglesia por invitación de la Arquidiócesis de la Plata, que preside el Arzobispo Héctor Aguer, señaló que el peso de la deuda del país debe ser equitativamente repartido.
En el mensaje, el Purpurado recuerda que en el documento que el dicasterio publicó en 1986 sobre el tema de la duda se afirma que “el total de la deuda daña gravemente la economía y el nivel de vida de los países en desarrollo, y que en este cuadro los reembolsos exigidos cada año constituyen una rémora para el crecimiento de los pueblos”.
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“Ciertamente, existen sensibles diferencias entre las respectivas situaciones locales -reconoce el Cardenal Martino-, pero ha de tomarse en cuenta el pronunciamiento del Papa Juan Pablo II en la encíclica ‘Centesimus Annus’: no se puede pretender que las deudas contraídas sean pagadas con sacrificios insoportables”.
El Purpurado recuerda que “las obligaciones del deudor tienen un límite, que en su aceptación y respeto no debe resultar lesivo para el derecho legítimo del acreedor. No puede soslayarse, asimismo, el principio de corresponsabilidad de las instituciones que han intervenido en los diversos intentos de reestructurar el monto de la deuda”.
“Y mirando al futuro, sería saludable que se aplicara la doctrina católica sobre la usura, que adquiere especial relevancia y actualidad a medida que se constatan las consecuencias de una economía prevalentemente dineraria”, advierte el Cardenal Martino.
El deudor debe, alguna vez, dejar de ser deudor