El Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios, Cardenal Javier Lozano Barragán, pidió desterrar el estigma que la sociedad impone a las víctimas del SIDA, y renovó el compromiso de la Iglesia en la lucha contra la pandemia.
En un mensaje con ocasión de la próxima Jornada Mundial del SIDA, el Cardenal Lozano señaló que “es necesario alejar el estigma que a menudo la sociedad hace pesar sobre el enfermo de SIDA” y “disipar los prejuicios de los que temen acercarse a los enfermos de SIDA para evitar el contagio”.
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El Purpurado recordó que “el SIDA se transmite sólo a través de la triple vía de la sangre, de la transmisión materno-infantil y por contacto sexual”, precisó que “para eliminarlas, debemos combatirlas eficazmente” y aseguró que “en lo que respecta el contacto sexual, recordamos que hay que eliminar el contagio mediante una conducta responsable y la observancia de la castidad”.
El Presidente del dicasterio dirigió un “mensaje de cercanía y animación de la Iglesia a los que luchan contra esta pandemia devastadora, a los que asisten y curan a los enfermos de VIH/SIDA y a estos últimos que experimentan en primera persona el misterio del sufrimiento humano”.
Asimismo, dedicó especial atención a las mujeres y las jóvenes –a quienes está dedicada la jornada de este año- “debido a su mayor vulnerabilidad para contraer el virus del VIH/SIDA, con respecto a los hombres” y recordó que “un estudio ha puesto en evidencia que las mujeres son contagiadas 2,5 veces más que los hombres”.
El Arzobispo consideró que “el impacto del VIH/SIDA en las mujeres acrecienta la desigualdad e impide el progreso hacia la universalidad de los derechos. Además, cuanto mayor es el progreso del contagio en las mujeres, que son el fundamento de las familias y de las comunidades, más aumenta el riesgo de un derrumbe social”.
“Desde siempre la Iglesia defiende con especial vigor la mujer y su elevada dignidad y lucha para combatir las discriminaciones que, incluso hoy, permanecen en amplios sectores de nuestra sociedad, y solicita mayores esfuerzos para eliminar las desigualdades contra las mujeres en ámbitos como la educación, la tutela de la salud y el trabajo”, agregó.
Asimismo, reconoció que el VIH/SIDA, por su gravedad y amplitud, constituye uno de los mayores retos sanitarios a nivel mundial, y destacó el pensamiento del Papa Juan Pablo II sobre la necesidad de combatir “la inmunodeficiencia de valores morales y espirituales y lo relacionado con el seguimiento al enfermo de SIDA, a quien se le debe brindar toda atención y servicios por ser el más necesitado”.