El Arzobispo de Estocolmo, Mons. Anders Arborelius, señaló la necesidad de que los suecos y europeos católicos recuperen el orgullo de pertenecer a la Iglesia y lamentó que a veces los católicos sean demasiado “tímidos”.
Durante una visita a la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, Mons. Arborelius precisó que a los europeos “nos falta valor para dar testimonio” , pero expresó su confianza en que el catolicismo se afiance en Europa a través de la vida espiritual.
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“Es importante ayudar a todos los bautizados a descubrir que viven en unión continua con Jesucristo y que su vida diaria es un acto de servicio y adoración”, indicó.
El Arzobispo pidió “animar a los laicos a que den ese testimonio en su ambiente diario. Porque la dignidad y el valor de cada ser humano como imagen de Dios es una aportación necesaria en el mundo de consumismo".
Refiriéndose al papel de los jóvenes, Mons. Arborelius indicó que "en general, tienen un corazón abierto a Dios y a la religión, pero cada uno necesita una ayuda personal para vivir según el Evangelio".
Frente al protagonismo individualista actual, el Prelado aseguró que cada ser humano busca comunión, por tanto habrá una vuelta a los valores familiares. En ese sentido, invocó a los padres para “redescubrir su responsabilidad como testimonio y transmisores de la fe”.
Mons. Arborelius señaló que "para comprender la Europa de hoy es necesario conocer y reconocer su historia cristiana”, y los testimonios de vida cristiana son “más importantes que nunca".
Además, destacó el interés persistente del Papa Juan Pablo II por defender "el valor de cada ser humano, desde la concepción hasta la muerte natural, y la unidad de todos los hombres de buena voluntad, en favor de la paz y la justicia".