En su más reciente carta pastoral, el Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco, abogó por una “adecuada colaboración entre la Iglesia y el Estado” en el camino “del sentido común que la mayoría de españoles queremos recorrer para construir en verdadera libertad la España del futuro”.

El Prelado constató que actualmente “la comunidad católica española asiste asombrada a la provocación continua, la calumnia y el desprecio a sus más elementales derechos constitucionales”.

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En la misiva titulada “Democracia y paz social”, el Arzobispo valenciano afirma que “una democracia verdadera es participativa cuando los representantes políticos y los gobernantes sirven al bien común y saben desarrollar su papel contando con la sociedad y con los grupos que forman parte de ella”. De lo contrario, se producen “los afanes de monopolio e imposición, como si la democracia se redujera a una cita electoral cada cuatro años”.

Mons. García-Gasco recordó que “la sociedad y el Estado son conceptos distintos”. Así, la sociedad española “no es ‘laica’, sino plural y con un amplísimo porcentaje de católicos, y el Estado español no es laicista sino ‘aconfesional’”, precisó el Prelado. La Iglesia católica “valora positivamente esa aconfesionalidad del Estado, que permite la libertad religiosa en la sociedad”, añadió.

En la carta, el Arzobispo recordó que la mayoría de los españoles “son católicos y piden cada año para sus hijos formación religiosa católica” y afirmó que la clase de religión “no es un privilegio de la Iglesia, sino un derecho constitucional de los padres que ha de ser garantizado y protegido por los poderes públicos”.

“Cuando se pretende hacer de la religión un mero complemento no evaluable se defraudan las expectativas de los padres y las madres, se dificulta la labor del docente y se lanza a la sociedad un mensaje contrario a los principios de la democracia participativa”, refirió.

Además, sostuvo, “impedir la clase de religión católica a quienes lo piden para ellos implica falta de respeto a los ciudadanos y desprecio a los principios más elementales de convivencia y de libertad de opción”.

Alarmante clima de agresividad

Por otro lado, Mons. García-Gasco advirtió que “la comunidad católica española asiste asombrada a la provocación continua, la calumnia y el desprecio a sus más elementales derechos constitucionales”, y lamenta que “no se da una información veraz sobre estas cuestiones, se manipula constantemente la opinión pública y se deforma el mensaje de la Iglesia”. Según el Prelado, “es alarmante el clima de agresividad contra los católicos”.

Por último, el Arzobispo de Valencia señaló que “si queremos fortalecer la democracia, tenemos que mirar más allá del Estado”, porque, entre otras cosas, el Estado “no puede ser fuente de ética: no puede crear la verdad a partir de sí mismo, a partir de una ideología fundada en el pueblo, la raza, la clase o cualquier otra dimensión”. Además, el Estado, “no revela la verdad moral ni tan siquiera por el camino de la mayoría”.