Un día después de que la Comisión de Justicia del Parlamento de Cataluña sometiera a votación el dictamen sobre el proyecto de ley que permitirá a las parejas homosexuales adoptar a menores, los obispos catalanes afirmaron que los niños privados de una familia propia “no deben ser sometidos a una nueva prueba, cuyas consecuencias desconocemos”.
A través de un comunicado, los prelados consideraron que las adopciones y tutela de menores por parte de parejas homosexuales pueden producir “daños graves” en el desarrollo de los niños y, por tanto, “no contribuirán al bien común de nuestra sociedad”, a la vez que reiteraron que el matrimonio, entendido como la unión de un hombre y una mujer, “es el fundamento de la familia y el espacio natural de la educación de los hijos”.
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Tras rechazar esta “nueva prueba”, los obispos afirmaron que los niños “tienen derecho a crecer en un ambiente que se aproxime al máximo al de la familia natural que no tienen”.
Derecho del niño, no del adoptante
Los prelados pidieron a los legisladores vigilar el respeto los derechos de los niños, teniendo en cuenta que “la adopción no puede considerarse técnicamente como un derecho del adoptante, sino como un derecho del niño que necesita ser adoptado”.
En este sentido, el comunicado señaló que es necesario que “los derechos de los niños sean debidamente respetados, ofreciéndoles un ambiente familiar que contribuya a su pleno e integral desarrollo”.
Respecto a la supuesta necesidad social argumentada en la exposición de motivos de la iniciativa legislativa, los obispos dijeron, sin embargo, que “los intereses, las expectativas o la presión de algún grupo social determinado no pueden aducirse para motivar esta reforma legislativa”. “Más bien serían necesarias leyes que facilitasen la adopción de niños por parte de los matrimonios que lo pidan”, añadieron.
El Parlamento de Cataluña aprobará el próximo 9 de diciembre la reforma legal que permitirá adoptar a las parejas del mismo sexo.