Poco más de un año después del atentado terrorista en Nasiriya, Irak, en el que murieron 17 soldados italianos que cumplían una misión de paz, el Papa Juan Pablo II recibió a los huérfanos, viudas y demás familiares de los fallecidos.
Durante la audiencia general de hoy celebrada en el Aula Paulo VI, el Pontífice recordó que las víctimas “perdieron sus vidas al realizar su misión de paz”, además, expresó que recibía a los familiares de las víctimas con “especial afecto”.
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El atentado ocurrió el 12 de noviembre de 2003, cuando un camión bomba se estrelló contra las barracas del ejército italiano destacado en Nasiriya.
Este hecho le costó a Italia el mayor número de muertos militares desde la Segunda Guerra Mundial. Actualmente permanece en Irak un contingente de tres mil miembros que asisten las labores de reconstrucción y paz.
Al cumplirse un año del atentado, el gobierno italiano realizó ceremonias dentro y fuera del país, así como en la misma Nasiriya, donde funciona un consulado de Italia.