Al clausurar el Congreso de Apostolado Seglar, el Arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Cardenal Antonio María Rouco Varela, hizo un enérgico llamado a los laicos españoles a ser testigos sin temor alguno a las incomprensiones y persecuciones.

“¡No, no hay que tener miedo a ser testigos, a pesar de todas las incomprensiones y persecuciones que nos sobrevendrán!”. “¡El futuro nos pertenece!. ¡El futuro es del Evangelio!”, “¡la Iglesia florece y florecerá en España con frutos de justicia, de amor y de paz!”, resaltó el Purpurado durante la homilía de clausura del evento que reunió en Madrid a unos dos mil representantes del laicado español.

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En su intervención, el Cardenal Rouco apuntó las “urgencias” que los laicos deberán asumir “en la España de hoy”, resaltando entre ellas el “sentir y vivir la llamada a ser cristianos en el mundo con todas las consecuencias históricas, determinadas por la hora presente de la Iglesia y de la sociedad española”, y “realizar esta llamada en plenitud, sin recorte alguno”.

El Arzobispo de Madrid alertó sobre “la tentación del hombre de autodefinirse como autor primero y último de su propia felicidad, al margen de Dios, incluso, plantándole cara”.

Después de pasar revista a algunos frutos de “la modernidad” como las guerras mundiales y “los más terribles totalitarismos de la historia”, el Purpurado advirtió del surgimiento, en Europa y en España, de una corriente que permanece “negando explícitamente a Dios o viviendo como si Dios no existiese”.

“Ante este formidable reto histórico con el que nos encontramos la Iglesia y los cristianos”, el Cardenal Rouco animó a los presentes a “ser testigos, aquí y ahora en España”, a través de “vuestra específica responsabilidad de ser instrumentos imprescindibles de santificación de todas las realidades temporales: desde el matrimonio y la familia, hasta la escuela, la cultura, la opinión pública, el mundo de la economía y del trabajo y de la comunidad política”.

A pesar de la marginación social y cultural

En el comunicado final del congreso, que congregó a los principales movimientos, asociaciones y organizaciones católicas, los laicos señalaron estar “conscientes de que a pesar de la marginación social y cultural que tantas veces sufre la fe en nuestra sociedad, la espera del anuncio cristiano sigue viva entre nuestros contemporáneos”.