Ante el mar de confusión y desorden de ciertos “avances” científicos y tecnológicos, el hombre debe entender que solo la razón no responderá a sus preguntas fundamentales, explicó el Arzobispo de México, Cardenal Norberto Rivera.
Durante el 57º Congreso Nacional de la Unión Nacional de Padres de Familia, el Purpurado se valió de la historia de San Agustín para explicar que la tragedia del santo en su juventud fue “querer separar la razón de lo sobrenatural, de la fe”. Dijo que tras intentar oponer fe y razón, se dio cuenta que sólo uniéndolas podía hallar Belleza Eterna y “la Verdad que lo hace libre”.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El Purpurado explicó que cuando el hombre sólo se quiere regir por la razón, termina en un positivismo y a un “cientificismo que no da respuesta” a sus preguntas fundamentales.
Cuando San Agustín “llega a compaginar fe y razón, sabe que ha encontrado a Dios”, afirmó el Arzobispo.
Tras recordar el 1650 aniversario del nacimiento del Obispo de Hipona, el Cardenal Rivera expresó que el reto del siglo XXI es también hallar a Dios en la unión de la fe con la razón.
El Prelado también expresó que esa es “la tragedia de la educación cuando tiene como dogma principal el laicismo, y el laicismo como negación de Dios”.
Sin embargo, el Cardenal Rivera señaló que también sería “una tragedia quedarse solamente con la fe” en perjuicio de la razón. “Sería negar a Dios mismo que nos dio esa capacidad para investigar”, afirmó.
En el texto, el Purpurado señala que “la Iglesia jamás se puede oponer al avance científico” ni a aquello que con “estricto método científico” permita cultivar la razón. Explicó que aquello que no sea rigurosamente investigado con la capacidad que Dios nos ha dado, caerá tarde o temprano al carecer de fundamento. Indicó que sostenerlo hará que la persona sienta “que se está negando así misma”.
Actuar como ciudadanos del Cielo
Durante la Misa que celebró al día siguiente en la Catedral Metropolitana, el Cardenal Rivera llamó a los fieles a enfrentar los problemas terrenales con una postural positiva y con la perspectiva de ciudadanos del Cielo.
El Purpurado explicó que el cristiano debe actuar sabiendo que sus obras tienen trascendencia para la vida eterna. Por ello debe regirse por “ley única del amor altruista”, colaborando en la construcción de una sociedad y de una Iglesia mejor.
El Primado de la Iglesia en México señaló que el trabajo es como “la clave de la cuestión social”, y el trabajador no es una fuerza de trabajo “sino un hijo de Dios que se realiza en el trabajo”.
Sin embargo, el Cardenal Rivera denunció la falta de “presupuestos que alienten la creación” de puestos de trabajo. Dijo que la falta de empleo origina dramas “morales y sicológicos” en aquel que se ve imposibilitado de sacar adelante a su familia.
En su homilía, el Purpurado pidió impulsar “las rectificaciones necesarias al sistema económico” que permitan crear fuentes de trabajo.
El Cardenal Rivera agradeció a las miles de personas que con su trabajo “hacen posible que México esté en pie”. También pidió premiar fiscalmente a aquellos que “en medio de la crisis se muestran verdaderos empresarios”.
“Debemos crear conciencia de que el pago de impuestos debe ser un instrumento eficaz para la justa distribución de la riqueza que México está produciendo y de que sólo con el justo pago y su recto uso” será posible llevar los servicios básicos a los más necesitados, afirmó.