El Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Luis Cipriani, afirmó que “la falta de trabajo no es un problema económico o político, sino moral”, porque su ausencia es un maltrato a la dignidad humana.
Tras señalar que la Iglesia siempre estará al lado de quien no tiene empleo, el Purpurado señaló que “el trabajo es un lugar de encuentro con Dios”, donde el hombre desarrolla sus virtudes y con el que puede ganarse el sustento diario.
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El Cardenal Cipriani aclaró que el apoyo de la Iglesia no busca la violencia o la agitación, sino “despertar las conciencias” sobre la necesidad de iniciativas que permitan que más personas gocen de este derecho.
El Arzobispo de Lima señaló que no es que el mundo no afronte el problema del desempleo porque no puede, “sino porque no quiere”. Indicó que la falta de una solidaridad moral se ve en que “hay algunos que ganan mucho y muchos que tienen poco”.
El Purpurado llamó a quienes tienen mayores recursos económicos, a invertirlos en la promoción de nuevos puestos de trabajo. Añadió que el capital está hecho para compartirlo a través de la generación de empleo. Afirmó que “es lícito tener beneficios económicos” cuando se logran con eficiencia.
Tras aclarar que “no todos tendremos igual” porque “ese sueño marxista no es verdad”, indicó que “tampoco podemos decir esto es mío y nadie lo toca”. El Cardenal explicó que “Esa propiedad privada tiene una hipoteca social” porque “hay una obligación de quien tuvo más inteligencia, heredó un dinero o maneja una empresa, de invertir, generar empleo y ayudar a los que no tienen”.
El Purpurado señaló que el trabajo debe estar motivado por el servicio a los demás, ya que su base “está en realizarlo por amor a Dios y al prójimo”.
El Cardenal Cipriani hizo estas afirmaciones durante la Misa celebrada por los niños y jóvenes excepcionales de Lima y Callao, quienes participaron en la decimoquinta peregrinación organizada por la Oficina Nacional de Educación Católica.
Esta peregrinación se inició en la Iglesia San Francisco y culminó en la Vicaría de la Caridad, obra social del Arzobispado de Lima. El objetivo fue sensibilizar a la población sobre los derechos de la persona con discapacidad.