El Obispo de Cartagena, Mons. Manuel Ureña Pastor, abrió el proceso de beatificación del Padre Juan Paco Baeza, que se hizo conocido por recoger niños huérfanos de la calle para alojarlos en su casa durante 30 años.
El proceso diocesano fue abierto en el Palacio Episcopal de Murcia, y tiene como postulador al P. Jesús Belmonte, párroco de la iglesia de San Onofre, en Alguazas.
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El sacerdote afirmó que el P. Baeza “es una persona que vivía para los demás”. Informó que “fueron muchos feligreses” de la parroquia de El Salvador, en Jumilla, donde estuvo por última vez, “quienes pidieron al obispo que comenzara todo el proceso”.
Al relatar la vida del P. Baeza, el postulador de la causa señaló que destacó por “su amor a los pobres”. Narró que al recibir a los niños huérfanos en su casa, hizo que ellos descansaran en su cama mientras él dormía en el banco de la parroquia durante treinta años.
El P. Belmonte dijo que cuando estalló la guerra civil, el P. Baeza se encontraba en Cenizate, un pueblo de Albacete, pero que “era tan bueno que el alcalde, que era socialista”, lo protegió en su casa. Añadió que de este pueblo han llamado para “testificar en su favor”.
Su vida
El P. Juan Paco Baeza nació el 29 de junio de 1890, en Murcia. Sus padres eran humildes jornaleros. Fue bautizado al día siguiente de nacer en la Catedral de Murcia con los nombres de Juan Pedro Pablo Mariano de Gracia.
Desde niño ayudó a su padre en el trabajo de la tierra y recogiendo la basura por las calles de la ciudad.
De joven manifestó en varias ocasiones su deseo de ser sacerdote. A los 16 años fue preparado por el P. Juan Belmonte Castaño, un sacerdote amigo de la familia, e ingresó en el Colegio de Vocaciones de San José, hoy Seminario Diocesano.
El 25 de mayo de 1918 fue ordenado presbítero en la Catedral de Murcia, celebrando el 2 de junio su Primera Misa Solemne en la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Puente Tocinos.
Murió el 20 de abril de 1978 y fue enterrado en el cementerio de Jumilla, en un nicho que le regaló el Ayuntamiento. Desde el 27 de octubre de 1995 su cuerpo se encuentra en la iglesia de El Salvador, en el altar del Santísimo Cristo de la Salud.