El Papa Juan Pablo II señaló hoy que el reto de la vida consagrada es "hacer presente a Cristo en el mundo mediante el testimonio personal" y para ello "podemos inspirarnos" en la Eucaristía.
El Santo Padre recibió esta mañana a las participantes en el XIII Capítulo General de las Carmelitas Misioneras Teresianas, cuyo fundador es el beato Francisco Palau i Quer, encabezadas por la Hermana Luisa Ortega Sánchez, recién elegida Superiora General.
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El Papa señaló que ha recordado a toda la Iglesia “el carácter central e insustituible de la Eucaristía para la vida cristiana, para ser fieles a la vocación a la santidad”.
“Os lo recuerdo también a vosotras ahora, seguro de que, por vuestra tradición contemplativa teresiana, lo comprenderéis muy bien y pondréis este Santísimo Sacramento como eje de la vida espiritual e inspirador de todo proyecto apostólico y misionero. En efecto, en él encontramos a Cristo y, por tanto, es punto de encuentro privilegiado para las almas enamoradas de Él", indicó.
Dirigiéndose a las carmelitas, el Papa precisó que "como dice el lema capitular, se trata de impulsar en todas vuestras hermanas una verdadera 'pasión por la Iglesia: Dios y los prójimos', para que cada comunidad enriquezca a la propia iglesia particular y haga visibles las maravillas de Dios 'con el lenguaje elocuente de una existencia transfigurada, capaz de sorprender al mundo'".