En la audiencia general de este miércoles, celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa Juan Pablo II habló sobre el cántico del Apocalipsis, "Himno de los salvados", y aseguró que “la humanidad entera está llamada a formar parte de esta comunidad de los hijos de Dios".
En el centro del cántico se encuentra Cristo, "el cordero inmolado" en la Cruz y que ahora reina glorioso, dijo el Papa. En Cristo "se realiza el proyecto querido por Dios desde la eternidad. El nos ha liberado del mal y ha hecho de nosotros 'un reino de sacerdotes'. La humanidad entera está llamada a formar parte de esta comunidad de los hijos de Dios", afirmó.
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El Santo Padre explicó que este cántico "marca la liturgia de las Vísperas con la sencillez y la intensidad de una alabanza coral. Pertenece a la solemne visión de apertura del Apocalipsis, que presenta una liturgia celestial a la que también nosotros, todavía peregrinos en la tierra, nos asociamos durante nuestras celebraciones eclesiales".
El primer elemento del himno, afirmó, "es la celebración de la obra del Señor. La creación revela la inmensa potencia de Dios". El Papa recordó que el emperador Domiciano, "bajo cuyo reino fue probablemente compuesto el Apocalipsis, obligaba a la gente a llamarle con el título 'Dominus et deus noster'", y precisó que los cristianos "rechazaban tributar culto de adoración a una criatura humana" y sólo dirigían sus aclamaciones "al verdadero 'Señor y Dios nuestro'".
Finalmente, el Papa dijo que este himno es "una invitación a la alabanza gozosa y al canto del amor a Cristo, contemplado en su misterio pascual. En la liturgia de la Iglesia ya vivimos de alguna manera esta liturgia del cielo, donde la celebración es plenamente comunión y fiesta".