Al presidir la Misa central por la fiesta del Señor de los Milagros, el Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Luis Cipriani, pidió a los peruanos que –a pesar de los insultos- defiendan la vida de los concebidos frente a los intentos por legalizar el aborto.
Ante una multitud congregada en las afueras del santuario de Las Nazarenas, el Purpurado invocó al Señor de los Milagros en nombre de los niños no nacidos, para que la verdad salga a la luz.
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“Señor de los Milagros haznos este milagro y que la verdad reluzca. El aborto es un asesinato, un pecado muy grave, no se puede de ninguna manera legalizar”.
Según el Purpurado, legalizar el aborto es aprobar cualquier medicamento que impide la vida “desde el primer instante, con todo el respeto que tienen otras opiniones”, expresó el Arzobispo en alusión a los esfuerzos por repartir la píldora del día siguiente entre la población, negando su efecto abortivo.
El Cardenal Cipriani pidió a los fieles tener “el coraje, aunque no sea popular, aunque la mayoría no lo entienda y aunque nos enfrentemos a los insultos. El aborto es un pecado gravísimo y no podemos dejar que silenciosamente vaya penetrando la conciencia de los hombres y mujeres, especialmente de los jóvenes”.
Por la paz, la verdad y la familia
Durante su homilía, el Purpurado también pidió al Cristo Moreno que siembre la paz en los corazones, especialmente “ahora que contemplamos un mundo permanentemente rodeado del terrorismo y la delincuencia que mata sin ningún tipo de remordimiento”.
Asimismo, señaló que los católicos deben luchar contra un relativismo moral muy fuerte. “Hay un intento de apagar la voz de Dios a través de ese sistema en que todas las opiniones son igualmente verdaderas. Son respetables, pero no igualmente verdaderas, por eso le pido al Señor de los Milagros: Ayúdanos a vivir cada uno en esa escuela de la verdad, solo de esa manera construiremos un Perú mejor, viviremos mejor la justicia, tendremos más amor al prójimo y veremos una familia, una Iglesia que realmente reluzca como el cuerpo de Cristo”, indicó.
El Arzobispo también rezó para que el pueblo peruano siga “siendo fiel al matrimonio católico y a la familia cristiana”.
“No dejemos que corrientes de países más poderosos sigan implantando un atropello que hará un daño terrible. La civilización corre un gravísimo peligro, si es que sigue adelante este modelo en el cual todo vale. A todos los que formamos parte de la Iglesia nos toca defender la verdad, defenderlos a ustedes, en nombre de nuestros padres que gracias a Dios fueron fieles y en nombre de nuestros hijos para que puedan seguir adelante”, agregó.