El Cardenal italiano Camillo Ruini, que presidió la comisión internacional para investigar la veracidad de Medjugorje, ofrece cuatro criterios para el cónclave que elegirá al sucesor del Papa Francisco.

En una nota titulada “Oración por la Iglesia”, publicada en el blog Settimo cielo del veterano vaticanista italiano Sandro Magister, Ruini ofrece “cuatro auspicios –que son también invocaciones– para la Iglesia de un futuro que espero esté muy cercano”.

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“Confío en una Iglesia buena y caritativa, doctrinalmente segura, gobernada según el derecho y profundamente unida internamente. Éstas son mis intenciones de oración, que quisiera ver ampliamente compartidas”, señala el cardenal de 94 años.

El Cardenal Ruini fue un cercano colaborador del Papa San Juan Pablo II, presidiendo la Conferencia Episcopal Italiana y siendo Vicario General de la Diócesis de Roma, ambos cargos desde 1991 hasta 2007 y 2008 respectivamente. 

En 2005 participó en el cónclave que eligió al Papa Benedicto XVI, que en 2010 lo nombró presidente de la Comisión Medjugorje, formada por unos 20 miembros entre obispos y cardenales; y que presentó su informe final en 2014. En 2024 el Vaticano aprobó la experiencia espiritual de Medjugorje sin confirmar su carácter sobrenatural.

1. Una Iglesia buena y caritativa

Ruini señala en este primer punto que “el amor llevado a la eficacia de la vida es de hecho la ley suprema del testimonio cristiano y, por tanto, de la Iglesia. Y eso es lo que la gente, incluso hoy en día, más anhela”.

“En nuestro estilo de gobierno debe eliminarse toda dureza inútil, toda mezquindad y aridez de corazón”, destaca.

2. Una Iglesia doctrinalmente segura

El purpurado italiano recuerda luego al Papa Benedicto XVI, quien decía que “la fe hoy es una llama que amenaza con apagarse”.

En ese sentido, precisa Ruini, “reavivar esta llama es por tanto otra gran prioridad de la Iglesia. Para ello es necesaria mucha oración, la capacidad de responder cristianamente a los desafíos intelectuales de hoy, pero también la certeza de la verdad y la seguridad de la doctrina”.

“Desde hace demasiados años estamos experimentando que, si estos se debilitan, todos nosotros, pastores y fieles, somos severamente penalizados”, alerta.

3. Una Iglesia gobernada según el derecho

Para el cardenal italiano “el pontificado de Benedicto XVI se ha visto minado por su escasa capacidad de gobernar, y esto es una preocupación para todos los tiempos, incluido el futuro próximo. Además, no debemos olvidar que se trata del gobierno de esa realidad tan especial que es la Iglesia”.

“Aquí, como dije, la ley fundamental es el amor: el estilo de gobierno y el recurso a la ley deben ser lo más conformes posible con esta ley, que es muy exigente para cualquiera”

4. Una Iglesia unida

Ruini asegura que “en estos años hemos percibido algunas amenazas —que no quiero exagerar— a la unidad y a la comunión de la Iglesia”.

“Para superarlas y sacar a la luz lo que me gusta llamar la ‘forma católica’ de la Iglesia, es decisiva una vez más la caridad mutua, pero también es importante despertar la conciencia de que la Iglesia, como todo cuerpo social, tiene sus reglas, que nadie puede ignorar impunemente”.

“A los 94 años, el silencio es más apropiado que las palabras. Espero, sin embargo, que estas líneas mías sean un pequeño fruto del amor que tengo a la Iglesia”, concluye.