El P. Gerard Nzeyimana, sacerdote de la Diócesis de Bururi, habría sido asesinado por miembros de las Fuerzas Nacionales de Liberación (FNL), el segundo grupo guerrillero del país y que no ha firmado ningún acuerdo de paz con el gobierno de Burundi.
Según fuentes de la agencia vaticana Fides, el asesinato del Padre Gerard, ocurrido el 19 de octubre en una emboscada en la carretera, fue premeditado.
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Las fuentes relataron que los asesinos, después de detener el automóvil en el que iban el sacerdote, tres religiosas y una joven, tomaron el pasaporte del Padre Gerard y observaron durante un buen tiempo la fotografía del documento. Tras cerciorarse de su identidad, “lo hicieron bajar del coche y lo mataron con un golpe en la cabeza".
Si bien no hay certeza sobre la identidad de los asesinos, según las fuentes de Fides, “la opinión general es que se trata de rebeldes de las FNL”.
Actualmente, el FNL es el segundo grupo guerrillero en Burundi. Las Fuerzas para la Defensa de la Democracia (FDD), que era la guerrilla más grande del país, firmó un acuerdo con el gobierno en el 2003, luego del cual ha pasado a formar parte del gobierno de transición.
Un hombre de paz
Un sacerdote afirmó a Fides que se ha perdido “a otro hombre de paz”, e indicó que así lo testimonian las ocho mil personas que llegaron a la catedral de Bururi para despedir al Padre Gerard, quien hasta antes del crimen se desempeñaba como Vicario episcopal de la zona de Makamba.
El sacerdote señaló que su muerte no sólo ha afectado a la comunidad católica, “pues de hecho, una delegación protestante ha cantado en la Misa y representantes de la comunidad musulmana han elevado una oración en el momento del entierro".
"El P. Gerard era una verdadera fuerza de la naturaleza. Tenía 65 años pero parecía tener 20 menos. Trabajaba en la promoción de la paz y denunciaba cualquiera mal viniera de donde viniera. En la actualidad trabajaba en un proyecto en su vicariato concerniente a la enseñanza de la cultura de la paz con vistas a las próximas elecciones generales", recordó el sacerdote.