Desde su tiempo como Arzobispo de Buenos Aires, el Papa Francisco ya destacaba por su humildad, cercanía a los pobres y un estilo de vida austero que hablaba más que mil palabras.

En el documental de 2013 El Papa Francisco: Un Hombre de Palabra, Francisco recordó que “Jesús, en el Evangelio, nos dice que no se puede servir a dos señores, o servimos a Dios o servimos a las riquezas. Y la gran tentación que a lo largo de la historia siempre tuvo el cristiano, el hombre, y la Iglesia fue la de las riquezas”.

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Estos son algunos de los gestos de austeridad y de caridad hacia los más necesitados, por parte del Papa Francisco durante sus 12 años de pontificado.

1. Vivir en Casa Santa Marta

En lugar de instalarse en el Palacio Apostólico del Vaticano, como es habitual para los pontífices, el Papa Francisco decidió residir en la Casa Santa Marta —el lugar donde se alojó durante el Cónclave de marzo de 2013—, porque quería mantener un estilo de vida sencillo y cercano a la gente.

En una carta manuscrita dirigida a un sacerdote argentino, explicó: “Estoy a la vista de la gente y hago la vida normal: misa pública a la mañana, como en el comedor con todos, etc. Esto me hace bien y evita que quede aislado”. 

El Pontífice también confesó que no quiso vivir en el Palacio Apostólico porque deseaba conservar el mismo modo de ser que tenía como Arzobispo en Buenos Aires.

El 7 de junio de 2013, durante un encuentro con niños en el Aula Pablo VI, una pequeña llamada Sofía le preguntó directamente por qué no vivía en el Palacio Apostólico. La respuesta del Pontífice fue sencilla y contundente: “Todos tenemos que pensar en volvernos un poco más pobres: todos tendríamos que hacerlo. Habría que preguntarse: ¿Cómo puedo yo hacerme un poco más pobre para parecerme más a Jesús que era el Maestro pobre?”.

2. Visitas a los enfermos en el hospital

El Papa Francisco solía visitar con regularidad a médicos, niños y padres en el hospital pediátrico Bambino Gesù de Roma. También realizaba visitas a la sección infantil del Hospital Gemelli, donde él mismo recibió tratamiento médico.

Un ejemplo de ello fue el 19 de marzo de 2022 cuando, en el contexto de la guerra en Ucrania, el Papa visitó a niños ucranianos hospitalizados en el Bambino Gesù, manifestando su cercanía y solidaridad con las víctimas del conflicto.

Un año antes, mientras se recuperaba de una cirugía, Francisco visitó a niños enfermos de cáncer en el departamento de oncología pediátrica del mismo hospital. La visita fue motivada por las cartas y dibujos que los pequeños le enviaron deseándole pronta recuperación.

3. Optó por una sencilla cruz pectoral de hierro y un anillo del pescador de plata dorada en lugar de oro

Después de ser elegido Papa, Francisco no quiso lucir el crucifijo dorado con piedras preciosas como habían hecho sus predecesores, y optó por utilizar una cruz pectoral de hierro más sencilla que llevaba desde 1998 como Arzobispo de Buenos Aires. Se trata de una cruz conocida como la “Cruz del Buen Pastor”.

Asimismo, el “anillo del pescador”, símbolo del pontificado que Francisco usó desde la Misa de inauguración de su pontificado el 19 de marzo de 2013, no fue de oro, sino de plata dorada. El diseño mostraba a San Pedro con sus llaves y fue realizado por el artista italiano Enrico Manfrini. La elección de este modelo, entre tres opciones presentadas, reflejó una vez más la sencillez del Papa Francisco.

 4. Usó la vestimenta de su predecesor en el Arzobispado de Buenos Aires

En una reciente declaración a ACI Prensa, Marcelo Pivato, amigo cercano del Papa Francisco, compartió una anécdota que ilustra la humildad del pontífice. La historia tiene lugar durante el tiempo en que el Arzobispo de Buenos Aires era el Cardenal Antonio Quarracino.

Pivato recordó con cariño que, en ese entonces, Jorge Mario Bergoglio, Arzobispo coadjutor de Buenos Aires, era conocido por su sencillez y su estilo de vida austero. Luego relató cómo, tras la muerte del Cardenal Quarracino, surgió un curioso incidente relacionado con la vestimenta.

“Cuando murió el Cardenal Quarracino, él era un hombre robusto, de peso, y el Papa Francisco era muy flaco. En las fiestas de Corpus Christi, las hermanas que atendían en el arzobispado le dijeron que iba a necesitar vestimenta para la ocasión, y la del Cardenal Quarracino era la que quedó, pero era muy grande. Entonces, él dijo: ‘Bueno, tráiganme un presupuesto para que la confeccionen’. Cuando vio la cifra, preguntó a las monjitas: ‘¿Quién sabe coser?’ Y algunas sabían. Entonces les dijo: ‘Bueno, achiquenme la vestimenta del Cardenal Quarracino’”.

5. El Papa Francisco nunca dejó su maletín negro

La imagen del Papa Francisco con su característico maletín negro llamó la atención en su primer viaje papal, durante la Jornada Mundial de la Juventud Río 2013, aunque un amigo asegura que lo usaba desde que era sacerdote.

Ese año, el Santo Padre contó a los periodistas en el vuelo de retorno a Roma que siempre ha sido de llevar su propio maletín. “Cuando viajo lo llevo. Dentro llevo la cuchilla de afeitar, el breviario, la agenda, un libro para leer. Llevo uno sobre Santa Teresita, de la que soy devoto”.

Pivato, amigo cercano del Papa, recordó con humor y admiración el apego del pontífice a este objeto desde que era sacerdote en Buenos Aires.

“Usted recordará que él andaba siempre con una valija de cuero. La negrita. Entonces yo un día le regalé una nueva. Le dije: ‘Tome padre, le traigo una valija nueva, así deja esa que era de cobrador de sábanas a domicilio en la época de mi abuela’. Porque, en verdad, antes se cobraba en cuotas las sábanas y se usaban esas valijitas. Pues nunca la usó. Siguió con esa”, contó a ACI Prensa

6. Organizaba almuerzos para dar de comer a los más pobres

El Papa Francisco instituyó la Jornada Mundial de los Pobres el 21 de noviembre de 2016 en su carta apostólica Misericordia et Misera, al concluir el Jubileo Extraordinario de la Misericordia. Con esta iniciativa, llamó a todos los cristianos a vivir una solidaridad concreta con los que más sufren, especialmente alimentando al hambriento y compartiendo la mesa con los más pobres.

A lo largo de su pontificado, el Papa Francisco ha dado ejemplo concreto de este mandato. Entre la institución de la Jornada y fines de 2024, compartió en varias ocasiones el almuerzo con miles de personas necesitadas en el Aula Pablo VI del Vaticano.

7. Llevó sus zapatos negros de siempre en vez de los tradicionales zapatos rojos

Fiel a su estilo sencillo, el Papa Francisco utilizó durante los 12 años de pontificado sus zapatos negros hechos en Buenos Aires, dejando de lado los tradicionales zapatos rojos de sus predecesores para seguir calzando unos modestos mocasines.

En una llamada telefónica a su viejo zapatero, Carlos Samaria, le pidió que no hiciera nada nuevo ni llamativo para el inicio de su pontificado: “Nada de zapatos rojos, negros como siempre”.

Samaria, quien confeccionó su calzado durante 40 años, describió que los zapatos que vestía el Papa eran de “un corte sencillo, sobre becerro negro, capellada lisa, sin firuletes. Si uno agarra un zapato del Papa parece una galocha, sin adorno pero con cordones".

8. “Estuve preso y viniste a verme”: la cercanía del Papa Francisco con los encarcelados

Desde abrir una Puerta Santa en una prisión hasta visitar cárceles en sus viajes apostólicos, el Papa Francisco ha hecho del acompañamiento a los presos un gesto constante. 

En su primera Semana Santa tras ser elegido Pontífice, en 2013, se trasladó a una cárcel para lavar los pies a los presos, un gesto que repitió cada año hasta su último Jueves Santo, cuatro días antes de morir, cuando visitó a los reclusos de la cárcel Regina Coeli. Ese día, Francisco saludó personalmente a cada uno de los reclusos. Después se dirigió a ellos “para rezar juntos el Padrenuestro e impartir su bendición”.

Otro momento memorable fue cuando el Papa inauguró el Jubileo de la Esperanza 2025 y, dos días después, el 26 de diciembre, visitó la cárcel de Rebibbia, donde abrió una segunda Puerta Santa como gesto de gracia hacia las personas privadas de libertad, incorporándolas de manera especial a este tiempo jubilar, a pesar de que, según la tradición, las puertas santas se encuentran únicamente en las cuatro basílicas papales de Roma.