La Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) publicó un comunicado dirigido al Presidente del país, Vicente Fox, en el que le piden asumir la responsabilidad de defender la vida y rechazar en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) toda forma de clonación humana.
La ONU debería decidir en estos días si acepta una propuesta de Costa Rica para prohibir la clonación humana bajo cualquier pretexto, o aprueba el pedido de países como Alemania y Bélgica para permitir estos experimentos con fines terapéuticos. México no figura en la lista de las naciones que apoyan a Costa Rica.
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La Presidencia de los obispos y la Comisión Episcopal de Pastoral Familiar piden a Fox “actuar con toda responsabilidad y apego a nuestras tradiciones y valores, rechazando la clonación humana en todas sus formas y propósitos” y recuerdan que “la Iglesia apoya la investigación sobre las células-cepa de origen postnatal, pero no la que se realiza gracias a la clonación de embriones humanos”.
En el mensaje, los obispos sostienen que “la Iglesia Católica reconoce la bondad, legitimidad y autonomía de la investigación” pero “defiende la vida humana, -desde su concepción, hasta la muerte natural- sin ningún fin político, económico o científico”.
En este sentido, explican que “la clonación humana, como posibilidad científica y técnica que puede traer ventajas en el nivel médico, presenta también el grave riesgo de manipulación de personas vivas y, eventualmente, su misma desaparición (homicidio) una vez cumplidos ciertos fines científicos y médicos”.
“No es moral pretender mejorar la calidad de vida de algunos a costa de la manipulación y muerte de otros. El juicio recto de hombres y mujeres de buena voluntad dice que jamás es justificado el homicidio”, indicaron.
“La vida humana es un valor y nos sentimos llamados a defenderla y promoverla, así como también el desarrollo científico y los avances médicos, pero en el orden de los fines y prioridades de ésta –en cualquier fase de su desarrollo-, por eso, la vida humana no debe estar sujeta a negociación”, agregaron.
Según los obispos, “el voto de México ante las Naciones Unidas debe ser coherente con esta tradición y valores que tienen su sustento en la naturaleza humana y no en el vaivén de los consensos. México juega un papel importante en el orden internacional y puede crecer su influencia cada vez que se pronuncie en favor de la vida acorde a la orientación humanista de nuestro actual gobierno”.