Tras ser reelegido presidente del Comité de Gobierno de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), Josep Duran Lleida clausuró el 23º Congreso del partido con un llamamiento a los valores cristianos, una defensa de la centralidad política y fuertes críticas al “falso progresismo” y a la “beligerancia laicista” que, a su juicio, promueven los socialistas.
En su intervención, el líder democristiano afirmó que “los jóvenes no son una máquina de copular” y reclamó una educación sexual basada en la responsabilidad. A pesar de defender los derechos legales de las parejas homosexuales, Duran subrayó que el único modelo de matrimonio posible es entre hombre y mujer. El presidente de UDC definió el concepto de familia, “no como un espacio de cohabitación, sino de transmisión de valores”.
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Igualmente, Duran Lleida indicó que el Gobierno “se equivoca al querer centrar el debate social desde el punto de vista de la confrontación con la Iglesia”. Tras mostrarse partidario de limitar la inmigración, el líder político se refirió a la “multiculturalidad” como “un concepto postmoderno que, si no lo defiendes, te acusan de pertenecer a la época de las cavernas. Pero si ello significa diluir la cultura catalana, nos oponemos”.