Tras el veto al nombramiento del intelectual católico y amigo personal del Papa Juan Pablo II, Rocco Buttiglione, como comisario de la Corte Europea, el movimiento Comunión y Liberación (CL) denunció el “totalitarismo cultural que niega la libertad de conciencia, de pensamiento y de opinión” que, a su juicio, “se va introduciendo en Europa”.
A través de su Oficina de Información en España, CL calificó asimismo de “peligroso” que Europa “rechace sus raíces judeocristianas, ya que se queda así sin sus propias raíces”.
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El comunicado de CL -uno de los movimientos eclesiales más numerosos y activos de la Iglesia- reseñó además que “hay otros hechos significativamente alarmantes”.
“En Toulon (Francia) se ha prohibido a un sacerdote a llevar sotana porque ello supone ‘ostentación’ de un signo religioso; en Suecia se ha condenado por discriminación a un pastor protestante por haberse declarado contrario a los matrimonios entre homosexuales; en Baden Wuerttemberg (Alemania), el tribunal regional ha prohibido que las monjas lleven su velo durante las clases, equiparándolo al velo de las musulmanas”, añadió la nota.
A juicio de los responsables del movimiento, “hemos llegado a un punto de totalitarismo cultural”, situación que debe llevar a los católicos a no aceptar verse “reducidos al silencio”.