El Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Jorge Bergoglio, advirtió que en una época marcada por la New Age, el derecho ya “no cuenta con normas objetivas”.

“No se cuenta con normas objetivas -señaló-, no existe el bien o el mal sino las ventajas o desventajas, en un repliegue subjetivo de los valores. Se nivela hacia abajo, se avanza pactando; es el reino de la opinión, sin convicciones. Todos opinan en igualdad de condiciones; todo vale igual”, declaró el Purpurado ante los asistentes a las Terceras Jornadas sobre “Codificación: sus raíces y prospectivas” en la Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires.

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El Purpurado ofreció una ponencia en la inauguración de las jornadas, organizadas por el Departamento de Posgrado y Extensión Jurídica de la Facultad de Derecho. El tema fue “En Torno a la New Age. Lo que la Iglesia pide a los hombres de Derecho”.

Según el Arzobispo, a este momento histórico de la sociedad habría que llamarlo “la cultura del naufragio” con elementos de la modernidad y de su posterioridad.

Esta cultura, advirtió, influencia sobre el Derecho y hoy las estructuras producen el ethos, y no a la inversa, porque el ethos ha sido convertido en un elemento frágil.

Asimismo, consideró el desarraigo y desamparo del hombre actual, sin apoyo en nada que lo trascienda.

“Hay un nuevo nihilismo, que relativiza todo. No hay una real cultura de valores”, señaló y mencionó un esoterismo profano, secularizado, que usa falacias aparentemente inobjetables; se caricaturiza la verdad o lo noble; se rebaja lo bueno; se hace burla de valores como la honestidad o la no violencia.

También fustigó la superficialidad de los medios de comunicación donde se emplea el eslogan para desfigurar los conceptos más valiosos, en otra de las falsas hermenéuticas, y consideró que hoy la modernidad ya no aporta una aversión a la religiosidad sino que la reemplaza por un teísmo diluido, una fe sin piedad, en un proceso de vaciamiento de las palabras que así pierden su contenido, su peso y su respaldo.

“Es una concepción tecnocrática y deshumanizadora, una cultura mediática light: la del horóscopo y el tarot”, indicó.