Con ocasión de la celebración del Domingo Mundial de la Propagación de la Fe (Domund) este 24 de octubre, el Obispo de Málaga, Mons. Antonio Dorado Soto, hizo una convocatoria a todos los católicos a participar por la oración, el aporte de dinero y, sobre todo, por la propia santidad, de lo que “constituye hoy una misión de alto riesgo”: ser misionero.
En una carta pastoral titulada “El Señor te necesita”, el Prelado de la diócesis andaluza resaltó el trabajo de los miles de misioneros que “han escrito y siguen escribiendo algunas de las páginas más luminosas y elocuentes de la vida de la Iglesia”.
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Tras subrayar la dimensión esencial del servicio misionero, la evangelizadora, el Obispo explicó que los misioneros también “ayudan a los pueblos a crecer en humanidad” y pidió contribuir a esta “espléndida labor con una nueva intensidad evangelizadora”.
Mons. Dorado Soto invitó al compromiso misionero por medio de la oración. Ésta “es el abono imprescindible para fecundar el trabajo de los que están en primera línea”, apuntó el Prelado, agregando que “ser misionero constituye hoy una misión de alto riesgo y necesitan que oremos”.
El Obispo, asimismo, pidió especialmente a los jóvenes que escuchen un posible llamado de Dios a ser misioneros puesto que “es una de las maneras más hermosas de sacarle jugo a la propia existencia”.
Más adelante, Mons. Dorado Soto recordó que también “todos podemos aportar algún dinero para sostener la obra de los misioneros”. “El dinero que gastamos un día de fiesta puede salvar la vida de un enfermo”, indicó.
Sin embargo, concluyó el Obispo, “la mejor manera de alentar el esfuerzo misionero consiste en avanzar en santidad. La historia de la Iglesia nos enseña que donde hay un santo se desarrolla un impulso evangelizador y misionero de alcances insospechados”.