El Arzobispo de Madrid, Cardenal José Cobo, defendió su papel como interlocutor entre el Vaticano y el Gobierno español en el proceso de resignificación del Valle de los Caídos. 

La declaración, publicada tras el reciente cambio de prior en la comunidad benedictina, busca aclarar los acuerdos logrados y el alcance de las modificaciones previstas en el monumento

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En un comunicado emitido pasadas las 22:30 horas de este miércoles (hora local de España), la Archidiócesis de Madrid lamentó “la filtración y difusión de algunas informaciones publicadas recientemente sobre la resignificación del Valle de los Caídos, dentro de un proceso abierto de diálogo”. 

El concepto de “resignificación”, en el caso de espacios históricos o simbólicos como el Valle de los Caídos, busca reinterpretar o redefinir su significado para adaptarlo a nuevos contextos, perspectivas, o propósitos.

El texto de la Archidiócesis de Madrid puntualiza que “hasta la fecha, lo único definitivamente acordado ha sido la permanencia de la comunidad benedictina y la no desacralización de la Basílica, así como el respeto a todos los elementos religiosos situados fuera de la misma”.

Sin embargo, el comunicado admite que se habría pactado algún tipo de modificación en el templo, que no se ha especificado: “En relación con las intervenciones dentro del templo, se estudiarán respetando los criterios litúrgicos y el fin para el que ha sido erigida la Basílica, garantizando un acceso independiente”.

Por otro lado, la archidiócesis afirma que “cualquier otro aspecto relacionado con la resignificación es competencia exclusiva de la Santa Sede y el Gobierno, que son las partes que han llevado a cabo las negociaciones”. 

Además, se incide en que el purpurado español “ha participado en este proceso como interlocutor designado dentro de una comisión eclesial”, lo que ha conllevado “un intercambio de notas privadas sobre cómo articular la resignificación del Valle de los Caídos, garantizando siempre el respeto a los elementos religiosos y la permanencia del culto en la Basílica”. 

Por último, la Archidiócesis de Madrid subraya que, “más allá de la actividad pastoral”, el papel del Cardenal Cobo es de “acompañamiento, pero sin tener jurisdicción sobre la Basílica ni sobre la comunidad religiosa que allí reside”. 

El comunicado se produjo apenas dos horas después de que El Diario.es publicara que se había producido un acuerdo entre el Vaticano y el Gobierno de España para acceder a la pretendida “resignificación” política del monumento. 

Este acuerdo, en cuyo proceso habría participado el Cardenal Cobo, se habría cerrado en una reunión mantenida entre el secretario de Estado Cardenal Pietro Parolin y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, el pasado 25 de febrero en Roma. 

En respuesta a este comunicado, en la red social X han sido numerosos los usuarios que han respondido con acusaciones de traición y de otro tipo contra el Cardenal Cobo. 

Cambios en el interior de la basílica pontificia

El reciente relevo del prior en la comunidad benedictina, confirmado este martes, sería parte del acuerdo alcanzado y no se descarta que tanto el anterior prior, Santiago Cantera, como otro de los monjes, sean trasladados de comunidad por no ser del agrado del Gobierno de España. 

Según la misma información, se prevé que sólo queden preservados de modificación el altar y las bancadas, pero que sí puedan hacerse cambios en la cúpula, el vestíbulo, el atrio y la nave, que forman parte de la Basílica Pontificia de la Santa Cruz. 

Breve historia del Valle de los Caídos

El Valle de los Caídos es un conjunto monumental construido tras la Guerra Civil Española a 50 kilómetros de Madrid, que consta de una basílica subterránea excavada en la montaña, una imponente cruz, un monasterio benedictino, un colegio y un viacrucis monumental. 

Entre los fines fundacionales del monumento se encuentra “rogar a Dios por las almas de los muertos en la Cruzada Nacional, impetrar las bendiciones del Altísimo para España y laborar por el conocimiento e implantación de la paz entre los hombres, sobre la base de la justicia social cristiana”.

Entre 33.000 y 50.000 españoles de ambos bandos están enterrados en el lugar. En 1975, el rey Juan Carlos decidió que se enterrara al general Francisco Franco en el lugar, donde ya estaba inhumado el fundador de la Falange Española, José Antonio Primo de Rivera, fusilado durante la contienda.

Desde el año 2007, el Gobierno socialista presidido por José Luis Rodríguez Zapatero puso en marcha una serie de medidas para resignificar el lugar, que se han reforzado desde el año 2018 con la llegada al gobierno del también socialista Pedro Sánchez, apoyado por partidos comunistas, separatistas y herederos de grupos terroristas. 

En octubre de 2019, el Gobierno obligó a exhumar los restos de Franco y trasladarlos a otro cementerio, en un acto retransmitido en directo por la televisión pública. 

En 2023, se siguió el mismo procedimiento con los de Primo de Rivera, pero por petición de la familia y de manera discreta, para adelantarse a los deseos del Gobierno