El Cardenal Fernando Chomali lamentó la inédita decisión de tres grandes cadenas comerciales en Chile de abrir en Viernes Santo, dificultando que sus trabajadores participen en las celebraciones religiosas.

Viernes Santo, día sagrado para los católicos, conmemora la muerte de Jesucristo y es parte central de la Semana Santa. En muchos países, incluido Chile, es feriado. 

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Este jueves 21 de marzo, el Arzobispo de Santiago y Cardenal Primado de Chile se reunió con representantes de los sindicatos de Falabella, Ripley y Paris, tres grandes cadenas de tiendas, que manifestaron pesar ante la inédita jornada laboral programada para el viernes 18 de abril. 

“La medida, sin precedentes, impediría a numerosos trabajadores participar en las celebraciones de Semana Santa y tener un día tradicionalmente feriado”, explicó el purpurado en un comunicado. “Más aún, dicha situación obligará a miles de familias a vivir los diversos oficios y rituales del Viernes Santo por separado, fragmentando la vida familiar”.

El Cardenal Chomali calificó de “lamentable” esta medida, considerando que “la fe constituye una dimensión fundamental del ser humano, que le ayuda a dar sentido a su existencia, a su trabajo y a proyectos personales y familiares”. 

“Si el Estado de Chile declara feriado el Viernes Santo es porque reconoce en estas celebraciones un bien para los chilenos, en tanto fortalecen los valores cristianos que han nutrido y animado nuestra cultura y nos unen en torno a ellos”, precisó.

En ese sentido, sostuvo que “la apertura de estas tiendas en Viernes Santo hiere profundamente nuestra alma, porque atenta contra la religiosidad de un pueblo y sus tradiciones, vulnera la historia y los valores que nos identifican como nación”. 

Este patrimonio inmaterial, afirmó el arzobispo, “no sólo merece respeto, sino que hay que cuidarlo, porque el beneficio económico de un día será a costa de una pérdida significativa de cohesión social, de valores compartidos que son fuente de unidad y fraternidad”.

Asimismo, el Cardenal Chomali recordó que “la prosperidad de una sociedad no se mide únicamente en términos económicos, sino también en su riqueza espiritual, familiar y social”.

Al destacar el rol de las empresas en la sociedad, el cardenal enfatizó su “responsabilidad ineludible” de “preservar y fortalecer el valor social que generan, y no de desperdiciarlo mediante la imposición de una jornada laboral en un día de profunda significación para numerosos ciudadanos”. 

En ese contexto, recordó que “el trabajo está al servicio del ser humano, la familia y la sociedad, y no al revés. No es una mercancía que se transa en el mercado, porque es realizado por una persona cuya naturaleza integra tanto la dimensión corporal como espiritual”.

Por ello, en nombre de “la inmensa mayoría del país”, el Cardenal Chomali instó a las empresas involucradas a “reconsiderar esta decisión y mantener sus puertas cerradas ese día, permitiendo así que miles de familias puedan vivir una bendecida Semana Santa”.

“Reconocemos y valoramos profundamente la importancia del trabajo y la contribución de los empresarios que lo generan, pero no podemos olvidar que la fe es constitutiva de las personas y familias de Chile y representa, además, un motor esencial que impulsa a trabajar para llevar dignamente el sustento al hogar”, concluyó.

Al finalizar la reunión, representantes sindicales destacaron el respaldo recibido: “El Cardenal Fernando Chomali nos dio un fuerte apoyo, obviamente, al rechazo de la apertura en Viernes Santo”, afirmó Pamela Cerón.

“Nosotros, como todos los trabajadores, estamos en contra de esta apertura, ya que encontramos que no es vendible este día", precisó.

En la misma línea, Juan Antibil, presidente de la Federación Nacional París-Cenco, expresó: “No creemos que este día tenga que ser vendido ni transado” ni que deba prevalecer “el interés económico de las empresas por sobre las personas”.

Por su parte, Marco Delgado Rojas, presidente de la Federación de Sindicatos de Empresas Ripley, dijo: "Creemos que es importante que el Viernes Santo sea un día de familia, de recogimiento, de discernimiento y reflexión personal, y también de la comunidad católica y cristiana”. 

Por ello, concluyó: “llamamos e insistimos a las empresas Almacenes París, Falabella y Ripley a no abrir sus tiendas en un Viernes Santo y a respetar el trabajo de las personas y su descanso".