Desde su ingreso en el Policlínico Gemelli el pasado 14 de febrero, el Papa Francisco ha demostrado que la salud física no es un impedimento para seguir ejerciendo el liderazgo de la Iglesia Católica. En estas cinco semanas hospitalizado, ha estrenado una nueva forma de gobernar la Iglesia Católica.

El padre Antonio Pelayo, corresponsal del Vaticano para la cadena española Antena 3, dijo a ACI Prensa que el Papa Francisco ha tomado decisiones importantes en este tiempo de convalecencia, como aprobar un plan de tres años hasta 2028 para implementar las resoluciones del Sínodo de la Sinodalidad y crear un nuevo organismo para recaudar fondos y enfrentar el déficit del Vaticano.

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“Casi todos los días ha habido nombramientos, no solo de obispos, sino también de nuncios apostólicos”, destaca el P. Pelayo, entre ellos el de Kurian Mathew Vayalunkal como representante apostólico en Chile. “La Iglesia no está desgobernada. Está gobernada con un ritmo diferente, pero sigue funcionando”, agrega.

El 15 de febrero, un día después de su hospitalización, el Pontífice nombró a la monja franciscana de 56 años, Raffaella Petrini, como “gobernadora” del Vaticano, cargo que se hizo efectivo el pasado 1 de marzo. 

Africa concentra los últimos nombramientos episcopales

El Papa Francisco ha realizado 49 nombramientos episcopales en 36 días, concentrándose principalmente en África. Nombró obispos en Bubanza y Rutana (Burundi) el 15 de febrero, y en Dakar (Senegal) y Maradi (Níger) el 21 de febrero.

En febrero nombró al obispo de Tabora (Tanzania) y el 28 de febrero al de Leribe (Lesotho). El 8 de marzo designó al obispo de Bafatá (Guinea-Bisáu), mostrando su interés por fortalecer la Iglesia en África. Un día antes creó la nueva diócesis de Bagamoyo (Tanzania) y nombró a su primer obispo.

Asia también ha tenido nombramientos importantes, comenzando el 1 de marzo con la designación del obispo de Ajmer, India. Tres días después, el Papa Francisco nombró al obispo de Daet, Filipinas. El 8 de marzo, continuó con los nombramientos en esa región, designando obispos para Timika (Indonesia) y Cuddapah (India). 

En América, se realizaron nombramientos en Brasil (Grajaú, São Sebastião do Rio de Janeiro, Itapetininga, Itabuna), México (Tuxtla Gutiérrez, Prelado Jesús María) y Venezuela (Cumaná). Además, el Papa nombró al Ordinariato Castrense para Estados Unidos y a varios obispos en Canadá (Baie-Comeau, Vancouver). 

En el continente europeo, designó obispos para diócesis en Irlanda (Achonry), Francia (Saint-Dié), Italia (Vittorio Veneto, Trivento), España (San Cristóbal de la Laguna) y Polonia (Poznań). Además, nombró al Ordinario para los fieles orientales sin jerarquía propia en Polonia. Por último, en Oceanía realizó un nombramiento en Australia (Armidale). 

A juicio del P. Pelayo, esto refleja la firmeza del Pontífice en el gobierno de la Iglesia universal a pesar de la enfermedad. “Él ha dicho muchas veces, parafraseando a San Juan Pablo II, que la Iglesia no tiene por qué ser gobernada con la rodilla donde sufre un problema de artrosis”, recuerda el sacerdote y corresponsal, que alude así a los problemas de movilidad del Pontífice, obligado a usar silla de ruedas en sus desplazamientos.

Una muestra clara del papel insustituible del sucesor de Pedro es su autoridad en la canonización de nuevos santos. A finales de abril, se espera la canonización de los italianos Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis.

“La segunda visita del Cardenal (Pietro) Parolin y de Monseñor (Edgar) Peña Parra al hospital fue justamente para que el Papa firmara decretos de beatificación y fijara fechas para canonizaciones. Aunque el Dicasterio para las Causas de los Santos prepara estos procesos, la decisión final siempre recae en el Pontífice. En el caso de las canonizaciones, incluso entra en juego el concepto de infalibilidad”, explica el P. Pelayo. 

Además de autorizar los decretos de cinco Siervos de Dios y aprobar la canonización del Beato venezolano José Gregorio Hernández y del italiano Bartolo Longo, el Santo Padre convocó un consistorio; es decir, una reunión de cardenales sin que el Vaticano ofreciera más detalles sobre la fecha en la que tendrá lugar.

Sin fecha clara para el alta médica

En todo caso, la recuperación del Papa Francisco aún tomará varias semanas, lo que ha llevado a un ajuste en el ritmo de su trabajo. “Lleva 36 días hospitalizado, pero en mi opinión, esto se va a prolongar todavía bastante. Es decir, no hablamos de días, sino de semanas”, comenta el periodista. 

El doctor Matteo Bassetti, director de Enfermedades Infecciosas del Hospital San Martino de Génova, señala que el Papa es frágil por su edad (casi 90 años) y sus problemas respiratorios, agravados por la asunción de medicamentos inmunosupresores como la cortisona. 

"Estos factores han contribuido a que el sistema inmunológico del Papa sea considerablemente débil, lo que complica la respuesta del cuerpo ante infecciones graves como la neumonía bilateral", explica Bassetti.

Si bien el Vaticano informó que la infección en las vías respiratorias está controlada, para el doctor Bassetti es muy probable que la neumonía bilateral haya dejado secuelas importantes en los pulmones del Papa Francisco. 

“Está claro que algún daño ha causado esta infección a nivel de su propio tejido pulmonar. Probablemente, los pulmones ya no intercambian oxígeno con la misma eficacia que antes”, explicó. 

Por ello un posible escenario de regreso al Vaticano es complicado y habría que evaluar la gravedad de la dependencia del oxígeno en el Papa, según el doctor. “Es importante saber si esta dependencia será de unas pocas horas al día o si será algo más prolongado”, comentó. 

"Volver a ser completamente independiente del oxígeno no es algo fácil", dijo Bassetti, añadiendo que la situación del Papa es más compleja por la cirugía que tuvo a los 21 años cuando le quitaron parte del pulmón derecho.

"Es normal tener una estancia hospitalaria prolongada cuando se trata de pacientes de 88 años que están muy inmunodeprimidos", concluyó.