Pasear el 19 de marzo por las calles adyacentes a la parroquia de Roma San Giuseppe al Trionfale, ubicada a pocos pasos del Vaticano, con una imagen a hombros de San José, el padre adoptivo de Jesús, es ya una tradición arraigada en la capital italiana.
Cada año, esta celebración, que muestra una faceta poco conocida de la religiosidad popular italiana, comienza con una solemne procesión que sale desde esta iglesia y recorre las calles del barrio romano.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:

El fervor popular de la gente que acompaña a pie el paso y de los vecinos que se asoman a los balcones para no perderse detalle cobra especial relevancia gracias a la presencia de los Carabineri a caballo. Además, la Orquesta de la Región del Lacio anima con música la procesión.

Los romanos sienten especial devoción por este santo discreto, que consagró su vida al servicio en la sombra sin buscar nunca los aplausos o el reconocimiento público. Los Evangelios no recogen ni una sola palabra pronunciada por San José.
Por eso, en Roma, el 19 de marzo, aunque no sea un día festivo, se vive de forma muy especial. Las raíces de esta tradición popular se remontan a un antiguo rito pagano llamado Liberalia: una fiesta en honor al dios romano Liber que estaba estrechamente vinculada con rituales agrícolas que marcaban la purificación y la fertilidad antes del equinoccio de primavera.

Durante estas celebraciones en la Antigua Roma, la costumbre era encender hogueras con los restos que había dejado la cosecha del año anterior. Además de estos fuegos, se preparaban también unos dulces fritos que, con el tiempo, evolucionaron hasta convertirse en los tradicionales bignè di San Giuseppe [buñuelos de San José].
Se trata de un postre típico que, en toda Italia, donde la gastronomía es parte de la idiosincrasia cultural, se ha convertido en el símbolo de la festividad de San José.

San José “Frittellaro”: una tradición romana
De hecho, el santo ha sido apodado cariñosamente por los romanos como San José Frittellaro. Este apodo proviene de la costumbre popular de preparar y repartir dulces fritos en su honor. Esta tradición se ha mantenido viva durante siglos gracias a la Cofradía romana de San José de los Carpinteros, que a finales del siglo XVI construyó la iglesia de San José en el Foro Romano, diseñada por el artista italiano Giacomo della Porta.

A lo largo de los siglos esta cofradía se encargó de organizar Misas solemnes por su santo predilecto, San José, que después acababan acompañadas de suntuosos banquetes donde se freían y repartían estos dulces llamados bignè di San Giuseppe. Incluso hay una leyenda popular que asegura que San José, durante su exilio en Egipto, trabajó también como pastelero ambulante, lo que fortaleció en el pueblo romano aún más su conexión con esta tradición de los dulces fritos
Las fiestas patronales en honor a San José no se limitan en Roma a la festividad del 19 de marzo. Desde diez días antes han tenido lugar en Roma distintas iniciativas para celebrar al padre putativo de Jesús.

Ese día el vice regente de la Diócesis de Roma, Mons. Renato Tarantelli Baccari, presidió una Eucaristía en la parroquia de San Giuseppe al Trionfale. El 10 de marzo arrancó la novena de oración en honor al santo.
Uno de los momentos más significativos de estos festejos ha sido la exposición de las reliquias del Sacro Manto de San José y del Velo de la Virgen que ha permitido a los fieles observar de cerca estas sagradas piezas de devoción.

Los días 16, 17 y 18 de marzo tuvo lugar el Triduo de Predicación con la presencia de obispos de la Diócesis de Roma como Mons. Benoni Ambarus, Mons. Enrico Dal Covolo y Mons. Paolo Ricciardi.
Ayer, 19 de marzo, tuvo lugar la procesión con la imagen de San José y, a continuación, el Cardenal Emil Paul Tscherrig celebró una Misa. La jornada concluyó con un espectáculo de fuegos artificiales en honor a santo esposo de la Virgen.

Actividades comunitarias y solidaridad
Junto con los eventos religiosos, los festejos incluyeron en la Ciudad Eterna una serie de actividades recreativas y de beneficencia. Desde el 8 de marzo, se llevó a cabo una colecta de fondos, que serán destinados para actividades de caridad y apoyo a los más desfavorecidos.

Además, el pasado sábado 15 de marzo, los fieles participaron en un paseo en bicicleta por las calles del barrio, que estuvo animada por un festival gastronómico, además de un espectáculo musical.