En los rincones más vulnerables de Lima, donde el hambre y la desesperanza parecían haberse instalado permanentemente, un hombre que tiempo atrás rechazó a la Iglesia lidera hoy una revolución silenciosa de solidaridad. 

Fabrizio Caciano, tras 24 años alejado de la fe, transformó su propia conversión en “Misiones de Emergencia”, una ONG católica que no solo alimenta cuerpos en hospitales y cerros, sino que también construye futuro llevando educación a quienes la sociedad olvidó. 

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Su historia es un testimonio vivo de cómo la fe en acción puede transformar realidades en un país donde más de 17 millones de peruanos enfrentan inseguridad alimentaria.

Fabrizio Caciano junto a niños pequeños beneficiarios de los proyectos de ayuda social de Misiones de Emergencia. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano
Fabrizio Caciano junto a niños pequeños beneficiarios de los proyectos de ayuda social de Misiones de Emergencia. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano

Misiones de Emergencia, formada por voluntarios de la Parroquia Santa María Reina, en el distrito limeño de Miraflores, ha sido reconocida tres veces con el Premio Metropolitano al Voluntariado en la categoría de organizaciones religiosas.

Caciano, líder de esta iniciativa, contó a ACI Prensa que el fundamento de esta misión es profundamente católico. “Nosotros transmitimos la fe que llevamos dentro, y eso también transforma a quienes servimos”, afirmó.

Además, señaló que sigue una máxima en su camino: “Lo que es de Dios es de Dios. Confía, suelta, espera. Déjate sorprender por el Señor”, recordando que la verdadera transformación comienza con la entrega y la fe en la Divina Providencia.

Un camino de conversión y servicio

Caciano, de 55 años, empezó a liderar esta iniciativa en 2016 luego de un largo proceso de transformación personal. Criado en una familia católica practicante, asistía a Misa con regularidad hasta los 18 años. Sin embargo, la muerte repentina de su madre y la pérdida de su mejor amigo en 1989 lo llevaron a alejarse de la fe y rechazar la Iglesia durante 24 años.

Mientras estudiaba administración y se especializaba en marketing, descubrió accidentalmente su vocación de servicio. A través de su afición por hacer velas, comenzó a trabajar con la ONG Mundo Libre, enseñando a niños en situación de calle. Su compromiso lo llevó a ser director del programa Educadores de Calle, trabajando con niños consumidores de drogas en las zonas más vulnerables de Lima.

Camiseta de Misiones de Emergencia. A la espalda un cerro de la capital limeña en un barrio de escasos recursos. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano
Camiseta de Misiones de Emergencia. A la espalda un cerro de la capital limeña en un barrio de escasos recursos. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano

“¿Qué Iglesia quieres ser tú?”

Su retorno a la fe fue inesperado y ocurrió en 2013, tras una conversación con el sacerdote marianista Víctor Müller. Durante aquella charla, Caciano intentó desafiar al presbítero con temas polémicos sobre la Iglesia. 

Sin embargo, la respuesta de Müller lo desconcertó: “Puede que tengas razón, pero tú no puedes negarme que, en este momento, en la sierra del Perú, a 4.000 metros de altura, hay alguien llevando un mensaje de solidaridad, de fe y de esperanza para quienes más lo necesitan”.

Seguidamente, el sacerdote le planteó una pregunta que lo marcaría profundamente: “¿Qué Iglesia quieres ser tú?”. Estas palabras quedaron grabadas en su corazón y dieron inicio a su misión evangelizadora.

Caciano admite que, a partir de ese momento, comenzó a asistir a Misa y, poco después, se involucró en la adoración eucarística perpetua. Eligió un horario difícil porque, para él, el sacrificio es parte fundamental del crecimiento. “Las aguas mansas nunca han hecho buenos marineros”, afirmó a ACI Prensa.

Puertas de Emergencia: el primer proyecto de ayuda humanitaria

Desde 2016, cada semana, un grupo de jóvenes y adultos se reúne por las noches en los salones de la Parroquia Santa María Reina para llevar amor y alimento a pacientes y familiares en siete hospitales de Lima, aliviando sus necesidades con solidaridad y cercanía.

Equipo de Misiones de Emergencia rezando en el Hospital de Mayo previo al servicio de entrega de alimentos. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano
Equipo de Misiones de Emergencia rezando en el Hospital de Mayo previo al servicio de entrega de alimentos. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano

“La idea es brindarles una merienda y, sobre todo, compañía, apoyo emocional y ayuda. Son personas que enfrentan la incertidumbre, muchas veces sin haber comido o sin dinero para regresar a casa. Queremos estar ahí para quienes esperan, con angustia”, dijo Caciano.

Así nació el proyecto Puertas de Emergencia, que ha entregado a la fecha más de 400.000 meriendas en hospitales, y actualmente distribuyen 1.100 panes semanales.

“No se trata solo de dar un pan, sino de mirar a los ojos a quienes están sufriendo, de acompañarlos en su dolor”, sostiene Caciano.

Jóvenes sirviendo en el Hospital Dos de Mayo. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano
Jóvenes sirviendo en el Hospital Dos de Mayo. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano

Además de este proyecto, durante el tiempo de pandemia surgió la iniciativa Calles de Emergencia. “Vamos a preparar alimentos para llevar a la gente que lo necesita, a quienes viven en las calles, duermen en las calles y pasan las noches a la intemperie durante el invierno”, comentó.

Calles de Emergencia. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano
Calles de Emergencia. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano

En este proyecto, participan algunas familias de la Parroquia Santa María Reina, las cuales empezaron a cocinar alimentos para repartir en el centro de Lima. En la actualidad, se dan unas 1.500 cenas mensuales.

El informe de la FAO 2024 señala que el 51,7% de los peruanos, alrededor de 17,6 millones de personas, enfrenta inseguridad alimentaria moderada o severa. Esto convierte a Perú en el país con la mayor tasa de inseguridad alimentaria en América del Sur.

Voluntarios de Misiones de Emergencia llevando alimento y bebida a los familias de los pacientes de hospital. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano
Voluntarios de Misiones de Emergencia llevando alimento y bebida a los familias de los pacientes de hospital. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano

Ollas de Emergencia: combatiendo el hambre

Frente a esta realidad, iniciativas como Ollas de Emergencia han sido claves para llevar ayuda a quienes más lo necesitan. Durante la pandemia, Caciano y su equipo llegaron a Villa María del Triunfo y, al ver a decenas de familias organizando ollas comunes por falta de alimento, decidieron actuar, abasteciéndolas con productos esenciales.

“Durante un año y medio les dimos insumos para desayunos”, cuenta Caciano. “Veíamos a niños que no habían comido en todo el día, madres desesperadas buscando algo para sus hijos. No podíamos quedarnos de brazos cruzados”, agrega.

Fabrizio junto a las señoras encargadas de un comedor popular en un cerro de Lima. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano
Fabrizio junto a las señoras encargadas de un comedor popular en un cerro de Lima. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano

Esta iniciativa solidaria creció rápidamente y hoy en día sigue apoyando a cientos de familias vulnerables.

En la actualidad, gracias a un convenio con la cadena de supermercados Plaza Vea y en alianza con la Pastoral Carcelaria del Establecimiento Penitenciario Lurigancho, logran rescatar tres toneladas mensuales de alimentos para compartir con las Ollas Comunes del distrito San Juan de Lurigancho, unas de las zonas más pobre de Lima.

Ollas de Emergencia. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano
Ollas de Emergencia. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano

Aulas de Emergencia: educación para los más necesitados

Con el tiempo, Misiones de Emergencia identificó otro problema urgente: la falta de acceso a educación. Durante la pandemia, muchos niños quedaron sin conexión a internet ni herramientas para seguir estudiando. 

La solución surgió de manera inesperada cuando una amiga de Fabrizio le ofreció un dispositivo que proporcionaba conexión a 10 personas. Así nació el proyecto Aulas de Emergencia.

“Hemos visto madres que lloran de alegría porque ahora sus hijos pueden estudiar. Una mamá nos dijo: ‘Mi hijo quiere ser ingeniero, pero no tenía cómo estudiar. Ahora tiene la oportunidad de hacerlo’”, relata Caciano.

En alianza con Loyalty Bonus, el proyecto ha equipado 25 puntos de encuentro en Lima Sur, cada uno con internet de acceso gratuito por un año, tablets e impresoras. 

Equipo de Aulas de Emergencia con cuadernos nuevos para los niños en necesidad. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano
Equipo de Aulas de Emergencia con cuadernos nuevos para los niños en necesidad. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano

Además, han instalado módulos prefabricados en las partes altas de los cerros de Lima Sur, permitiendo que profesores dicten clases presenciales con valor oficial. Gracias a esta iniciativa, en 2022 lograron insertar a 100 madres de las Ollas Comunes al sistema escolar dentro de sus propias comunidades.

El impacto ha seguido creciendo. En 2024, 200 madres han retomado y concluido sus estudios, y el año pasado 60 mujeres se graduaron de secundaria con certificación oficial del Estado. Actualmente, Aulas de Emergencia cuenta con siete centros periféricos para la inscripción de beneficiarias en distintas zonas de Lima, facilitando el acceso a la educación para quienes más lo necesitan.

Un mensaje de esperanza y fe

Sobre la difusión de su labor, Caciano señaló que suelen ser discretos en la comunicación de sus acciones debido a su identidad católica, aunque reconoció la importancia de darse a conocer.

“Nosotros hacemos mucho más de lo que mostramos al mundo, mientras que muchos publican más de lo que realmente hacen. Estamos presentes, trabajando en silencio. La humildad es parte de la obra, pero también es necesario darse a conocer, porque si la gente no sabe de ti, no puede ayudar”, manifestó.

Fabrizio subiendo un cerro de la ciudad de Lima. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano
Fabrizio subiendo un cerro de la ciudad de Lima. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano

Por ello, invitó a quienes deseen apoyar a vivir la experiencia en persona. "Cuando alguien aquí dice: '¿Cómo te apoyo?', yo le digo: 'Ven. Ven, acompáñame a la calle. Ven, acompáñanos al hospital'. Y en el camino te cuento qué es lo que pasa, porque es mucho", comentó.

Finalmente, al reflexionar sobre el camino recorrido, reafirmó que esta labor ha sido un llamado de Dios que ha crecido hasta convertirse en una misión de vida para muchos. “Hemos cambiado vidas, no sólo con lo que damos, sino con lo que compartimos: esperanza, compañía y fe. Y eso transforma el corazón”, concluyó.

Para saber más de Misiones de Emergencia puede ingresar a este enlace: misionesdeemergencia.org

Equipo de Misiones de Emergencia rezando en comunidad, en la Parroquia Santa María Reina. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano
Equipo de Misiones de Emergencia rezando en comunidad, en la Parroquia Santa María Reina. Crédito: Cortesía de Fabrizio Caciano