El P. Gabriel Romanelli, párroco de la iglesia de la Sacra Familia en Gaza, denunció que tras la ruptura de la tregua acordada con Hamás, el ejército de Israel ha lanzado nuevos ataques muy cerca de su parroquia.

Según declaró a Vatican News, los bombardeos se produjeron a apenas 300 o 400  metros de la iglesia, lo que despertó a los fieles y causó una creciente sensación de inseguridad en toda la comunidad.

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“Los bombardeos nos despertaron, estuvieron muy cerca; por fortuna, no llegaron esquirlas y nosotros estamos bien, pero en toda la Franja se habla ya de más de 350 muertos y más de mil heridos”, explicó el P. Romanelli. 

El edificio parroquial, único templo católico de la Franja de Gaza, se convirtió al inicio de la guerra en un improvisado refugio donde ahora viven 500 personas. La mayoría son cristianos ortodoxos, protestantes y católicos, pero también sirve de refugio  a más de 50 niños musulmanes con discapacidades junto a sus familias.

El sacerdote del Instituto del Verbo Encarnado (IVE) destacó que, ante la persistente incertidumbre, algunas de las familias, que habían regresado a sus hogares al decretarse el alto el fuego, han decidido retornar a la parroquia, sintiéndose más seguras “con Jesús”, pese a que no existe ningún lugar completamente seguro en la región.

“Aquí estamos junto a las hermanas de la Madre Teresa, los religiosos de mi congregación del Verbo Encarnado, las hermanas de la misma congregación, y las ‘Serve del Signore y della Vergine di Matarà’ [Siervas del Señor y de la virgen de Matará]. Todos nos esforzamos por hacer el bien, servir, orar y asistir tanto a ancianos como a niños, incluidos aquellos con necesidades especiales, para evitar que sufran, ya que los niños son como esponjas y perciben si los adultos están ansiosos”, agregó.

El P. Romanelli también reconoció el apoyo que están recibiendo por parte del Patriarcado Latino de Jerusalén, cuyo representante es el Cardenal Pierbattista Pizzaballa, sobre todo para canalizar la ayuda humanitaria que ha podido entrar en los últimos días, gracias a la tregua en Gaza y Cisjordania.

“Seguimos orando para convencer a todos de que la paz es posible, que debemos trabajar por ella y por las obras de justicia, esperando que el Señor conceda a esta parte de Tierra Santa un período de paz, para palestinos e israelíes”, concluyó.