El Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, resaltó que “si no hay sacerdotes, no hay Iglesia”, en ocasión del Día del Seminario 2025, que se celebra este domingo 16 de marzo en España, a pocos días de la fiesta de San José.

En su carta semanal titulada “Sembradores de esperanza. Día del Seminario 2025”, el prelado resalta que “si no hay sacerdotes, no hay Iglesia. Así lo expresa el Concilio Vaticano II, cuando distingue entre Iglesias hermanas, todas las que tienen la sucesión apostólica, sacerdotes ordenados y Eucaristía válida, y las Comunidades hermanas (no las llama Iglesias) donde no hay sacerdocio ministerial y por tanto no tienen Eucaristía válida”.

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El prelado subraya además que “por voluntad de Cristo, que ha fundado su Iglesia, el sacerdocio ministerial es en la Iglesia un elemento esencial, que por el sacramento del Orden prolonga la sucesión apostólica de generación en generación y garantiza la celebración válida de la Eucaristía, que nos trae al altar a Jesucristo vivo y glorioso”.

“No es, por tanto, ningún clericalismo reclamar este elemento esencial en la Iglesia, sin el cual la Iglesia ya no sería Iglesia”, precisa.

“Mándenos más sacerdotes”

“En mis visitas pastorales por todas las parroquias de la diócesis de Córdoba, hay una petición que se repite continuamente: mándenos más sacerdotes. A veces, un mismo sacerdote tiene que atender varias parroquias y celebrar varias Misas cada domingo, andando con el coche de un lado para otro”, comparte el obispo.

Mons. Fernández lamenta luego que “entre las muchas crisis que vivimos en la época presente, está la de tener menos sacerdotes, cuando siguen siendo cada vez más imprescindibles”.

La familia es el primer seminario

El Obispo de Córdoba refiere asimismo que “donde hay un sacerdote, hay vida cristiana. Y donde hay un sacerdote santo, hay vida profunda y espiritual. Esa es la razón por la que el sentido de la fe del pueblo de Dios reclama más y más sacerdotes”.

“Todos estamos implicados en darle a la Iglesia más sacerdotes, santos sacerdotes. Agradezco a las familias que apoyen a su hijo o hermano, que quiere ser sacerdote. La familia es el primer seminario”, prosigue.

El obispo recomienda luego que “cuando un niño o joven percibe la llamada del Señor, todos a apoyarle, con el gozo de agradecer a Dios un don tan grande en nuestra familia. Los párrocos y demás sacerdotes son una pieza principal en la campaña vocacional, que dura todo el año”.

Los sacerdotes católicos son sembradores de esperanza

“Una de las principales tareas del sacerdote es la de suscitar vocaciones sacerdotales, tan imprescindibles en su Iglesia, acompañarlas, apoyarlas. Y con el sacerdote toda la comunidad parroquial y diocesana”, afirma.

Para concluir, Mons. Fernández destaca que “la esperanza que Dios nos quiere aumentar en este año jubilar tiene un punto de apoyo enorme en las vocaciones sacerdotales. Verdaderamente los sacerdotes son sembradores de esperanza, y son más necesarios que nunca”.