La Subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, Gabriella Gambino, denunció en la ONU que la pobreza afecta más a las mujeres, al tiempo que pidió políticas de conciliación que apoyen a las madres en el trabajo y en casa.
En el marco de la 69ª Sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer organizada por el organismo internacional, la funcionaria del Vaticano dejó claro que no “puede haber desarrollo ni paz si la dignidad de las mujeres se ve socavada por la pobreza”.
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Aseguró de este modo que la igualdad requiere no sólo el reconocimiento de la dignidad de la mujer, sino también de “unas condiciones”en las que las mujeres puedan disfrutar de las mismas oportunidades que los hombres.
Por ello insistió en que “la erradicación de la pobreza es clave, sobre todo porque afecta más a las mujeres”.
Para Gambino, estrechamente vinculada a la pobreza está la educación, que definió como “un instrumento esencial para alcanzar los objetivos de igualdad, desarrollo y paz" ya que “crea las condiciones para construir un entorno en el que mujeres y hombres, niñas y niños, sean tratados en pie de igualdad y alentados a desarrollar todo su potencial, respetando su libertad de pensamiento, conciencia, religión y creencias”.
Asimismo, enfatizó que la educación es clave para eliminar las “causas de la discriminación contra la mujer y las desigualdades entre hombres y mujeres".
La maternidad no es un obstáculo
Gambino desautorizó a su vez “la tendencia predominante en las tres últimas décadas” en la sociedad de “desatender a la familia y considerar la maternidad como un obstáculo para la vida de las mujeres”.
Lamentó que no se hayan proporcionado a las mujeres el “apoyo que necesitan para conciliar la vida familiar y sus responsabilidades en el trabajo”. A este respecto también criticó que se ha ignorado tanto la maternidad como el trabajo “contribuyen al desarrollo social”.
Por otro lado, censuró que no se haya protegido “el derecho humano más básico, el derecho a la vida”.
“Estos problemas sólo pueden resolverse mediante la acción política y un cambio cultural en lo que respecta a la familia y la maternidad”, aseveró.
Tras reafirmar el papel fundamental que desempeñan las mujeres en la familia, que consideró “unidad básica de la sociedad”, la funcionaria del Vaticano subrayó “la importancia de la acción política para lograr un cambio cultural en relación con la familia y la maternidad”.
La ONU acogió varias ponencias con motivo del 30 aniversario de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer bajo el lema "Acción para la igualdad, el desarrollo y la paz" que tuvo lugar en 1995 en Pekín (China).
Así señaló que en ese encuentro se puso en valor que la mujer “desempeña un papel fundamental en la familia, y, como tal, debe ser reforzada"“Lamentablemente, aunque se han realizado progresos, aún queda mucho por hacer”, afirmó.
Citando al Papa Francisco, indicó que si las mujeres pudieran disfrutar de la plena igualdad de oportunidades, “podrían contribuir sustancialmente al cambio necesario hacia un mundo de paz, inclusión, solidaridad y sostenibilidad integral".
La experta observó los avances sociales que se han consolidado durante estas décadas, pero lamentó que el principio enunciado en la Plataforma de Acción de Pekín “poder y responsabilidad compartidos" entre mujeres y hombres todavía no es una realidad.
“Solo se pondrá en práctica mediante la creación de un entorno educativo en el que se cumplan estas condiciones”, determinó.
Gambino también participó como ponente en el acto paralelo a la 69ª sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer estructurado con el título "Prejuicios antes del nacimiento: las prácticas de selección de sexo y sus consecuencias. La asignatura pendiente de Pekín".