Ante la incertidumbre sobre el impacto de la política del recién reelecto presidente de Estados Unidos, Donald Trump, especialmente en la relación con México, la Iglesia Católica llamó a fortalecer “una auténtica unidad nacional”.
Desde el inicio de su segundo mandato, el lunes 20 de enero, Trump anunció medidas polémicas que afectan directamente a México, incluyendo la declaración de emergencia en la frontera sur, la designación de los cárteles de la droga como “organizaciones terroristas extranjeras” y la advertencia de imponer aranceles del 25 % a las importaciones mexicanas y canadienses tras una breve pausa.
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En este contexto, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió un comunicado el 24 de febrero, señalando que las acciones anunciadas por el gobierno de EE.UU. buscan “presionar a nuestro país para lograr metas muy concretas en sus planes de gobierno”.
“Combatir la actividad del crimen organizado dedicado al narcotráfico, abordar el tema migratorio y superar las desventajas en las relaciones económicas entre los dos países que, de acuerdo con sus criterios, son desfavorables para Norteamérica”, advierte el comunicado.
Sin embargo, expresaron su confianza en que estos retos pueden enfrentarse “en un clima de unidad entre las distintas fuerzas políticas mexicanas para propiciar un diálogo respetuoso y una prudente apertura hacia el gobierno norteamericano para acordar una mutua colaboración”.
“El verdadero enemigo lo tenemos en nuestro propio país”
La CEM también destacó que, más allá de las políticas externas, “el verdadero enemigo lo tenemos en nuestro propio país donde necesitamos una auténtica unidad nacional, para superar nuestros graves problemas internos que no han sido debidamente atendidos durante años y cada vez se agravan más”.
Señalaron problemáticas como “la corrupción que sigue invadiendo todos nuestros ambientes”, “la inseguridad que extiende su furia sanguinaria en territorios cada vez más amplios”, el “deterioro institucional al grado que ya no rige la ley, sino la voluntad de quien se impone”; entre otras.
A pesar de los numerosos desafíos, los obispos indicaron que muchos de los retos que enfrenta el país pueden superarse “mediante estrategias gubernamentales incluyentes que tomen en cuenta a las distintas fuerzas políticas, a la sociedad civil organizada, a las asociaciones religiosas y la participación ciudadana en general”.
Finalmente, hicieron un llamado a todos los mexicanos a unirse en oración por la patria, a ser constructores de paz en sus entornos cotidianos y a comprometerse activamente en la búsqueda del bien común.