El Sínodo Permanente de Obispos de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana ha denunciado la persecución religiosa en los territorios ocupados por Rusia y ha pedido que “no se negocien ni la fe ni la libertad” en un posible acuerdo de paz.
“La Iglesia hace un llamado urgente a que, en cualquier acuerdo de paz, no se negocien ni la fe ni la libertad de Ucrania”, señalaron los prelados greco-católicos ucranianos.
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En su mensaje publicado este lunes, al cumplirse tres años de la invasión rusa en territorio ucraniano, lamentaron que, en las zonas ocupadas, numerosos fieles y clérigos de diversas confesiones hayan sido arrestados y que la libertad religiosa esté siendo erradicada.
“Estamos llamados a ser la voz de los perseguidos, a garantizar que, en ningún acuerdo de paz, aunque sea solo de nombre, nuestra fe, dignidad o libertad se conviertan en moneda de cambio”, afirmaron.
Asimismo, advirtieron que una “tregua injusta” sería una “burla criminal que solo conducirá a una mayor injusticia y sufrimiento”.
“Al mundo proclamamos: los ucranianos creen en el triunfo de la verdad de Dios. Incluso en medio del dolor y la ruina, seguimos siendo un pueblo de esperanza”, enfatizaron en el marco del tercer aniversario de la invasión a gran escala de Rusia contra Ucrania.
Los obispos también reflexionaron sobre los devastadores efectos de la guerra y expresaron su agradecimiento a las personas y organizaciones de todo el mundo que han apoyado al pueblo ucraniano.
Además, expusieron la magnitud de la destrucción causada por la guerra: más de 3.500 edificios escolares, 1.200 hospitales y 670 iglesias han sido destruidos. También señalaron que las heridas humanas siguen aumentando, con decenas de miles de soldados y civiles heridos y millones de personas desplazadas.
A pesar de todo, la Iglesia Greco-Católica subrayó que Ucrania no es un “pueblo definido por la guerra, sino por el sacrificio”.
“Los ucranianos se han mantenido firmes en su lucha por la libertad y la dignidad, recibiendo el apoyo de personas solidarias de todo el mundo, incluidos católicos, líderes y organizaciones caritativas”, destacaron.
“Pese a las pérdidas, el pueblo ucraniano sigue creyendo en la Resurrección y en la restauración de su nación”, concluyeron.