El colombiano Pedro Castillo y el mexicano Jesús Flores Herrera son dos de los 23 hombres que este domingo recibirán el diaconado permanente en una ceremonia solemne en la Plaza de San Pedro del Vaticano celebrada por el pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, Mons. Rino Fisichella.
Los 21 restantes proceden de diversas naciones: dos de Brasil , cinco de Colombia , uno de Francia , tres de Italia , dos de México , dos de Polonia , tres de España y tres de Estados Unidos.
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La hospitalización del Papa Francisco el pasado viernes por una infección respiratoria que ha derivado en una pulmonía bilateral ha impedido que fuera él quien les ordenase.
Una noticia que les sumió a ambos en una profunda tristeza. “Lo he tenido muy presente en mis oraciones pidiendo por su pronta recuperación. Nos ha dado tanto con su pontificado que espero verlo y recibir su bendición y así poderle agradecerle todo lo que ha hecho”, asegura Pedro.
En su maleta ha traído todo el cariño de su parroquia Nuestra Señora del Rosario de Villamaría, de la Arquidiócesis colombiana de Manizales.
“Fue el encargo que me dieron en el momento en que me despedí de ellos; hay mucha gente orando por él”, señala.
En todo caso, asegura que el Jubileo de los Diáconos, que atraerá a Roma, según los organizadores, a más de 6.000 peregrinos, procedentes de un centenar de países, se desarrollará “normalmente con la gracia de Dios y con la fe puesta en la recuperación del Santo Padre”.
Coincide con él Jesús: “Viviremos ese momento tan especial sin él mandándole un mensaje de fortaleza”.
Su presencia presencia en la Ciudad Eterna, como ejemplo de entrega y servicio en el Jubileo de los Diáconos, tiene mucho que ver con la sencillez de las grandezas de Dios.
Ejemplo de ello es el retraso en la ordenación como diácono permanente de Jesús en la diócesis mexicana de Cancún-Chetumal. “Lo pospusieron hasta tres veces” explica.
Sin embargo, todo cobró sentido cuando su párroco, Jorge Alberto Castañeda, le avisó en diciembre de que había sido seleccionado para viajar a Roma. “Fue una gran alegría”, revela.
Entusiasmo que también sintió Pedro: “Ha sido una gran fortuna peregrinar hasta la Santa Sede y regresar a mi Arquidiócesis con el Orden del Diaconado y la bendición del Jubileo, la indulgencia; es sencillamente maravilloso”.
Tienen más cosas en común. Ambos querían ser sacerdotes cuando eran jóvenes. Pero ese no era su verdadero camino.
Dios les puso delante a las que ahora son sus esposas. Pedro Castillo lleva casado con Loxora Clavijo Álzate 29 años. Y Jesús Flores, 40 con Isabel Jiménez Rodríguez. Tienen 2 y 5 hijos respectivamente.

El matrimonio y la paternidad, otras grandes vocaciones
Como la del matrimonio, Jesús señala que también ser padres “es otra gran vocación”. “Nuestra dedicación está puesta en su totalidad a darse al Señor, a entregarle frutos dulces en todo momento”, afirma
Además, ninguno de los dos entiende el servicio del diaconado sin la ayuda de sus compañeras de vida. “El camino de fe lo hacemos como siempre lo hemos hecho juntos”, afirma Pedro.
De hecho, tanto él como Jesús recibieron la llamada del diaconado dentro del matrimonio.
Una circunstancia que, según este último, “refuerza ambos sacramentos, pese a las dificultades de conciliar vida laboral, familiar y diaconal”.

Jesús también detalla que ser diácono permanente significa en el día a día ser el “instrumento de paz y de justicia que quiere nuestro Señor Jesús”.
Una dedicación total que está entretejida con el hilo de esa “particular experiencia que se tiene a través del matrimonio”.
Un servicio al pueblo de Dios
A partir de ahora, su labor en la Iglesia estará centrada en la pastoral parroquial, la atención a enfermos y la catequesis. También tendrán un papel clave en comunidades donde la falta de sacerdotes hace necesario que los diáconos permanentes atiendan pastoralmente a varias comunidades.
Para llegar hasta aquí, ambos han tenido que prepararse a conciencia. El proceso de formación para el diaconado incluye el fortalecimiento espiritual a través de los sacramentos diarios de la reconciliación y la Eucaristía, así como una sólida base teológica en temas como el magisterio de la Iglesia, la Palabra de Dios, la historia de la salvación, cristología y mariología, entre otros.
Además, la oración y los ejercicios espirituales han sido para ambos un pilar fundamental para enfrentar los desafíos diarios de esta vocación.
Con el corazón lleno de gratitud, Pedro y Jesús inician este nuevo capítulo en su servicio a la Iglesia, convencidos de que su misión es ser testigos del amor de Dios.
El Jubileo de los Diáconos congregará en Roma a casi 4.000 diáconos permanentes junto a sus familias, procedentes de diversas partes del mundo. Italia contará con la mayor delegación, seguida de Estados Unidos con 1.300 diáconos, Francia con 656, España con 350, Brasil con 230, Alemania con 160 y México con 150.
También llegarán numerosos grupos de Polonia, Colombia, Reino Unido, Canadá, así como representantes de países como Camerún, Nigeria, India, Indonesia y Australia.