Varias organizaciones pro-vida que siguen de cerca las actividades de la Organización de Naciones Unidas (ONU), alentaron a los latinoamericanos a buscar el apoyo de sus gobiernos para la convención internacional propuesta por Costa Rica para lograr la prohibición de toda forma de clonación humana.
La ONU debatirá entre el 21 y 22 de octubre próximo la propuesta de Costa Rica, que hasta ahora cuenta con el apoyo de Estados Unidos, Italia y varios países del mundo.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Las únicas naciones latinoamericanas que se han adherido como copatrocinadores a la propuesta son: Chile, El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, República Dominicana.
Los pro-vida piden a los ciudadanos que si su país está en la lista, agradezca a su gobierno y los apoye para que sea muy activo en el debate. Pero “si su país no está en la lista de copatrocinadores, trate de conseguir su apoyo y sobre todo su voto a favor de esta resolución”.
La convención internacional propuesta por Costa Rica, reconoce “la rápida evolución de las ciencias biológicas y las cuestiones éticas que algunas de sus aplicaciones plantean con respecto a la dignidad del género humano y los derechos humanos y las libertades fundamentales de la persona”.
Además, sostiene que “la clonación humana, sea cual fuere su finalidad, es contraria a la ética, moralmente censurable e incompatible con el debido respeto a la persona humana y no puede justificarse ni aceptarse”.
El documento pide al Comité Especial de la ONU “que vuelva a reunirse en una fecha por determinar el 2005 para preparar, con carácter urgente, un proyecto de texto de una convención internacional contra la clonación humana” que prohíba “toda actividad de investigación, experimentación, desarrollo o aplicación, en sus territorios o zonas bajo su jurisdicción y control, de cualquier técnica destinada a la clonación humana”.
También pide a los estados “que adopten las medidas necesarias para prohibir las técnicas de ingeniería genética que puedan tener consecuencias adversas para el respeto de la dignidad humana” y que “destinen los fondos que podrían haberse utilizado en las tecnologías de clonación humana a la lucha contra los urgentes problemas que afectan a los países en desarrollo en todo el mundo, como el hambre, la desertificación, la mortalidad infantil y las enfermedades”.