El Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, el cardenal José Tolentino de Mendonça, ensalzó la figura de los artistas como “custodios de las Bienaventuranzas”, cuya labor ayuda al mundo a “no extraviar el horizonte de la esperanza”.
“El artista es aquel o aquella que tiene la tarea de ayudar a la humanidad a no perder la dirección, a no extraviar el horizonte de la esperanza”, explicó el prelado en la Misa que celebró por el Jubileo de los Artistas, el tercer gran evento de los 36 previstos durante el Año Santo, que concluirá el próximo 6 de enero de 2026.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
“Ustedes, artistas y personas de cultura, están llamados a ser testigos de la visión revolucionaria de las Bienaventuranzas. Su misión no es solo crear belleza, sino revelar la verdad, la bondad y la belleza escondidas en los pliegues de la historia, dar voz a quien no la tiene y transformar el dolor en esperanza”, añadió.
El cardenal Mendonça celebró esta mañana la Eucaristía en lugar del Papa Francisco, quien el viernes fue ingresado en el Policlínico Agostino Gemelli de Roma debido a una bronquitis que ha empeorado en los últimos días. En todo caso, el Vaticano informó que la homilía que ha leído el Cardenal portugués fue preparada por el Santo Padre.
Según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Pontífice fue hospitalizado para someterse a algunas pruebas diagnósticas y continuar su tratamiento en un entorno hospitalario. Aunque su estado clínico es estable, se le ha recomendado reposo absoluto, lo que le impedirá también rezar el Ángelus.
Además, se canceló la audiencia jubilar con distintas personalidades del mundo del arte y el espectáculo, prevista para el sábado, así como la visita del Pontífice a los míticos estudios romanos de Cinecittà, que estaba programada para el lunes 17 de febrero.
En la homilía, el cardenal Mendonça dijo ante cerca de cientos de personas vinculadas al mundo del arte que “la verdadera esperanza se entrelaza con el drama de la existencia humana. No es un refugio cómodo, sino un fuego que arde e ilumina, como la Palabra de Dios”.

Por ello, explicó que el arte auténtico es siempre “un encuentro con el misterio, con la belleza que nos supera, con el dolor que nos interroga, con la verdad que nos llama”.
También aseguró que, ante la “crisis compleja” —sobre todo del alma— que vive el mundo hoy, es necesario hacerse preguntas: “¿Somos peregrinos o errantes? ¿Caminamos con una meta o estamos dispersos, deambulando?”, instó a cuestionarse.
A continuación, citó al sacerdote y poeta británico Gerard Manley Hopkins para subrayar que la misión del artista es “descubrir y revelar esa grandeza escondida, hacerla visible a nuestros ojos y a nuestros corazones”.
Así, manifestó que la obra de los artistas debe “iluminar el camino” de la humanidad para ayudar a distinguir “lo que es como ‘paja que se lleva el viento’ de aquello que es sólido ‘como un árbol plantado al borde de las aguas’ y capaz de dar fruto”.
“Queridos artistas, veo en ustedes unos custodios de la belleza, una belleza que sabe inclinarse ante las heridas del mundo, que sabe escuchar el grito de los pobres, de los que sufren, de los heridos, de los presos, de los perseguidos, de los refugiados”, afirmó.

El arte no es un lujo
El prelado constató que actualmente vivimos en una época en la que “se levantan nuevos muros” y en la que “las diferencias se vuelven un pretexto para la división más que una ocasión de enriquecimiento mutuo”.
Por ello, llamó a los hombres y mujeres de cultura a “construir puentes, a crear espacios de encuentro y de diálogo, a iluminar las mentes y a encender los corazones”.
En su homilía también dejó claro que “el arte no es un lujo, sino una necesidad del espíritu”. “No es una huida, sino una responsabilidad, una invitación a la acción”, concluyó.
De esta manera, explicó que “educar en la belleza significa educar en la esperanza”, la cual nunca está separada “del drama de la existencia”.
Finalmente, llamó a los artistas a no dejar nunca de interrogarse y de arriesgarse porque, según manifestó, “el verdadero arte nunca es cómodo: ofrece la paz de la inquietud”.