Un grupo de Misioneras de la Caridad pudo saludar ayer al Papa Francisco tras la Audiencia General en el Vaticano y transmitirle su entusiasmo y agradecimiento por haber incluido a su fundadora, Santa Madre Teresa de Calcuta, en el calendario litúrgico de la Iglesia Católica.
De ahora en adelante, la memoria de Santa Teresa de Calcuta aparecerá cada 5 de septiembre, día de su muerte en 1997, en los calendarios y textos litúrgicos de la Iglesia, con oraciones y lecturas específicas que se utilizarán en la Misa y en la Liturgia de las Horas.
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Las conmemoraciones ocupan el tercer lugar en la clasificación de días festivos del calendario litúrgico de la Iglesia Católica y la de Santa Teresa de Calcuta será una conmemoración libre, es decir, que su celebración es voluntaria.
La decisión del Santo Padre fue acogida con gran júbilo desde la congregación. La Superiora General, la hermana Mary Joseph, viajó hasta Roma junto a 35 hermanas provenientes de los cinco continentes.

“El corazón de la Madre Teresa de Calcuta sigue latiendo con fuerza en la vida de todos nosotros y nos exhorta, en este Jubileo de la Esperanza, a no rendirnos y a seguir a Jesús”, señaló la hermana Joseph en declaraciones recogidas por Vatican News.
Al término de la Audiencia General en el Aula Pablo VI, el Papa Francisco saludó a este grupo de misioneras, vestidas con sus célebres saris de color blanco y azul. La Superiora General pidió al Pontífice que bendiga su labor, “que se dirige a los más humildes” y también que envíe “un mensaje de renovación a todos para que volvamos a las raíces del Evangelio, dejándonos guiar por sus enseñanzas”, señaló.
También quiso destacar que, en un mundo que busca el proceso tecnológico, “no debemos olvidar nunca que el verdadero progreso humano consiste en dedicarse al prójimo cada día, con todo el corazón”.
La hermana Mary Joseph citó a continuación la reciente encíclica Dilexit nos, con la que el Papa Francisco “nos exhorta a redescubrir el Sagrado Corazón de Jesús, a acoger el amor de Cristo, que es el amor que cada uno de nosotros debe reservar a los humildes, a los enfermos, a los indefensos, como nos enseñó la Madre Teresa”.
En el decreto, publicado el 12 de febrero y aprobado por el Papa Francisco el 24 de diciembre, Cardenal Arthur Roche, prefecto del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, recuerda que, “viviendo radicalmente y proclamando con audacia el Evangelio, santa Teresa de Calcuta es un testimonio de la dignidad y el privilegio del servicio humilde”.
“Eligiendo no ser sólo la más pequeña, sino la sierva de los más pequeños, ella se convirtió en modelo de misericordia e icono auténtico del buen Samaritano”, remarcó.