El nuevo documental Rabbuní, que se estrenará este año, recoge la fuerza de la fe que experimentó un grupo reunido en un taller de oración y peregrinación en Tierra Santa cuando estalló la guerra entre Israel y Hamás.
El documental, explica un comunicado compartido por el Centro Magdala —con sede en la ciudad de Santa María Magdalena, en Galilea—, presenta los talleres que impartieron en Tierra Santa Marian Reynoso y el P. Juan María Solana, fundador y director de Magdala.
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“Lo que comenzó como un proyecto para documentar estos talleres en Tierra Santa se transformó en una experiencia de oración en medio de la guerra, una conversión inesperada y un recordatorio de que la fe puede florecer en cualquier circunstancia”, destaca el comunicado.
Era octubre de 2023, y los talleres estaban en marcha. Fue entonces, el 7 de octubre, que Hamás desató un ataque terrorista contra Israel, detonando la guerra. Ese día, recuerda Marian Reynoso en el documental, “mientras nos dirigíamos al Monte Carmelo, ninguno de nosotros sabía lo que estaba a punto de ocurrir a tan pocos kilómetros de donde nos encontrábamos”.
Ante la “incertidumbre y tensión”, destaca Magdala, tanto la producción del documental y el taller de oración decidieron continuar sus trabajos.
En el documental queda registrado: “Optamos por quedarnos y seguir orando, comprendiendo que debíamos entregarnos en las manos de Dios con plena confianza”.
De esa forma, superando los temores por la guerra que se desataba, peregrinos y productores del documental recorren a lo largo de la grabación diversos lugares de Tierra Santa, como el Monte de las Bienaventuranza, la Basílica de la Anunciación y Cafarnaúm, así como la propia tierra de María Magdalena.
Un “doctorado espiritual”
Entrevistada por ACI Prensa, Marian Reynoso recuerda la experiencia del taller en medio de la guerra como un “doctorado espiritual”.
“Mi relación con Dios antes de esta producción era una relación muy cercana, completamente abandonada en su voluntad”, recuerda. Y esta cercanía se vio fortalecida por “esta oportunidad de vivir una crisis de tal magnitud siendo líder del grupo, siendo yo la que llevaba este taller de oración”.
En esa ocasión, indica, se vio en un “momento de prueba en donde piensas que igual y no sales de esa, que igual y no hay la oportunidad de sobrevivirla, porque hubo unos momentos de absoluta incertidumbre”.
Las circunstancias, añade, “me hicieron comprender que de la mano de Dios todo se puede, que la oración hace milagros, que el hecho de sabernos por supuesto sostenidas por una fuerza mucho mayor y poderosa que es justo de Aquel que lo sabe todo”.
“Fue como el doctorado espiritual”, asegura, pues “comprobé que abandonados en Dios la esperanza sigue siendo una oportunidad del corazón, en donde todos sabemos que al final siempre va a estar bien si estamos en los brazos de Quien más nos ama y de la mano de la Virgen, de la mano del Rosario”.
“No paramos de orar, no paramos de contemplar, no paramos de vivir en el presente, en donde Dios siempre es una realidad. Él y su amor están absolutamente al alcance de nuestro corazón cuando nos ponemos en oración”, recuerda.
Reynoso asegura además que “Dios Nuestro Señor siempre nos carga en los momentos de dificultad, que basta mirarlo a Él, no distraernos”.
“Como Jesús ahí rescató a Pedro cuando dudó, en las aguas, así entendíamos nosotros que teníamos que mirarle de frente para no sentir que nos ahogábamos”, destaca.
Una sorprendente conversión
En el marco de la realización del documental, se produjo un giro inesperado: Ramiro Martínez, el productor y camarógrafo de Rabbuní, tuvo un acercamiento sorprendente a la fe.
“Desde mi cámara, ya no era sólo un espectador, sino un participante”, dice en el documental. “Nunca había vivido algo así. Me fui acompañado de toda esa energía contenida, de todas esas oraciones. Este fue mi propio domo de protección que, hasta la fecha, sigo llevando conmigo”, comparte Martínez.