El Papa Francisco recordó que la indisolubilidad del matrimonio no es un “límite” a la libertad de los esposos, sino una “promesa” de Dios, al recibir esta mañana en audiencia al Tribunal de la Rota Romana con motivo de la inauguración del Año Judicial.
“Los esposos unidos en matrimonio han recibido el don de la indisolubilidad, que no es una meta a alcanzar por su propio esfuerzo, ni siquiera un límite a su libertad, sino una promesa de Dios, cuya fidelidad hace posible la de los seres humanos”, aseguró el Pontífice, que también puso el foco en la labor de discernimiento de esta instancia judicial sobre la existencia o no de un matrimonio válido.
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De hecho, aseguró que estos procesos permiten a los fieles “conocer y aceptar la verdad de su realidad personal”.
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Citando el discurso de su predecesor, San Juan Pablo II, a la Rota Romana el 29 de enero de 2002, manifestó que todo juicio justo de validez o nulidad del matrimonio es “una contribución a la cultura de la indisolubilidad tanto en la Iglesia como en el mundo".
Este año se cumple el décimo aniversario de los dos Motu Proprio Mitis Iudex Dominus Iesus y Mitis et Misericors Iesus, con los que el Santo Padre reformó el proceso para la declaración de nulidad del matrimonio, colocando la responsabilidad final de la administración de justicia y de la aplicación de la nulidad en el obispo diocesano.
Esta reforma había sido previamente solicitada por los padres sinodales reunidos en la Asamblea extraordinaria de 2014, en la que formularon precisamente la petición de hacer los procesos más accesibles y ágiles.
En este contexto, el Papa Francisco consideró que todavía es una realidad poco conocida. “Nos entristece saber que los fieles desconocen la existencia de esta vía”, mencionó.

Además, puso en valor la inversión que está haciendo la Iglesia Católica en la formación de los trabajadores, científica, humana y espiritual, para beneficiar siempre a los fieles, “que tienen derecho a que sus peticiones sean consideradas con atención, incluso cuando reciben una respuesta negativa”.
Dolor y esperanza de los que buscan claridad
“Nos sentimos interpelados por el dolor y la esperanza de tantos fieles que buscan claridad sobre la verdad de su condición personal y, en consecuencia, sobre la posibilidad de participar plenamente en la vida sacramental”, determinó.
En todo caso, el Pontífice dejó claro que la reciente reforma no pretende favorecer la nulidad de los matrimonios, sino “la celeridad de los procesos”, así como “una justa simplicidad, para que, a causa del retraso en la definición del sentencia, los corazones de los fieles que esperan la aclaración de su estatuto no se vean oprimidos durante mucho tiempo por la oscuridad de la duda”.
De hecho, una de las principales reformas adoptadas en los casos de nulidad es la supresión de la necesidad del doble juicio de conformidad.
El Papa Francisco también destacó que la familia es un “reflejo vivo de la comunión de amor que es Dios”, por lo que llamó a actuar con veneración a los que se desempeñan en este tipo de procesos canónicos”.