El 27 de enero, en el 80.º aniversario de la liberación de Auschwitz, el campo de concentración nazi en Polonia, los católicos de todo el mundo recordaron a los santos hombres y mujeres que fueron testigos de fe, esperanza y amor en uno de los capítulos más oscuros de la historia de la humanidad.
El legado de santidad de los mártires de Auschwitz sigue siendo una fuente de inspiración para los católicos en todo el mundo. A continuación, se presentan algunos de estos mártires y sus historias, organizados por órdenes religiosas:
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Orden de los Carmelitas Descalzos (OCD)
Santa Teresa Benedicta de la Cruz (1891–1942), también conocida como Edith Stein, fue una conversa al catolicismo de origen judío. Murió en una cámara de gas de Auschwitz el mismo día de su llegada al campo. Esta filósofa alemana fue canonizada el 11 de octubre de 1998 y proclamada copatrona de Europa en 1999 por San Juan Pablo II.
Hermana Rosa Stein (1883–1942), siguiendo el ejemplo de su hermana menor, Santa Teresa Benedicta de la Cruz, se convirtió al catolicismo y se unió a las Carmelitas Descalzas. Ambas hermanas fueron arrestadas en un monasterio carmelita en los Países Bajos el 2 de agosto de 1942. Llegaron a Auschwitz una semana después, el 9 de agosto, donde murieron juntas.
Orden de los Frailes Menores Conventuales (OFM)
San Maximiliano Kolbe (1894–1941) es uno de los mártires franciscanos más conocidos del siglo XX. Fue canonizado el 10 de octubre de 1982 por San Juan Pablo II, tras ofrecer su vida para que un prisionero, esposo y padre, pudiera vivir. Fue ejecutado mediante inyección letal tras sufrir inanición y fue cremado el día de la Asunción de María, el 15 de agosto.
Otros mártires franciscanos conventuales que ministraron física y espiritualmente en Auschwitz incluyen a:
Padre Jan Antonin Bajewski (1915–1941), conocido por su piedad y bondad como confesor.
Padre Ludwik Pius Bartosik (1909–1941), ayudante de San Maximiliano Kolbe, destacado por su fortaleza en el sufrimiento.
Hermano Stanisław Tymoteusz Trojanowski (1908–1942), quien vivió según su lema: “En cualquier momento y lugar, aceptar libremente la voluntad de Dios”.
Hermano Piotr Bonifacy Żukowski (1913–1942), conocido por su fe y bondad, murió de neumonía tras meses de trabajo forzado en Auschwitz.
Frailes Franciscanos (OFM Cap)
Hermano Symforian Ducki (1888–1942), conocido por su sencillez espiritual, fue brutalmente asesinado en Auschwitz el 11 de abril de 1942. Se levantó con esfuerzo para bendecir a quienes lo golpeaban y consolar a los demás antes de morir.
Padre Anicet Koplinski (1875–1941), sacerdote alemán reconocido por su santidad en Varsovia, murió en una cámara de gas el 16 de octubre de 1941. Transformaba su sufrimiento en oración, diciendo: “Debemos beber esta copa de amargura hasta el final”.
Congregación de San Miguel Arcángel (CSMA)
Padre Wojciech Nierychlewski (1903–1942), conocido por su celo y talento como educador, trabajó en varias publicaciones antes de ser enviado a Auschwitz. Su profunda fe lo ayudó a prepararse para su martirio en 1942.
Sociedad del Apostolado Católico (SAC)
Beato Józef Jankowski (1910–1941), sacerdote palotino, ayudó a refugiados de guerra proporcionando alimentos y refugio. Fue torturado en Auschwitz y murió el 16 de octubre de 1941.
Salesianos de Don Bosco (SDB)
Cinco salesianos asesinados en Auschwitz han sido reconocidos como siervos de Dios: Padre Włodzimierz Szembek (1883–1942), Padre Franciszek Harazim (1885–1941), Padre Jan Świerc (1877–1941), Padre Ignacy Dobiasz (1880–1941) y Padre Kazimierz Wojciechowski (1904–1941).
Padre Józef Kowalski (1911–1942) fue asesinado el 4 de julio de 1942 por negarse a pisotear su rosario. Escribió en su diario: “Oh, mi querido Jesús, dame la voluntad de perseverar, firme, fuerte, para que pueda cumplir mis santos propósitos… ¡Debo ser un santo!”.
Hermanas Siervas del Señor
Hermana Katarzyna Celestyna Faron (1913–1944) murió el Domingo de Pascua, el 9 de abril de 1944, ofreciendo su vida por la conversión de un sacerdote, quien después regresó a la Iglesia.
Ursulinas de la Unión Romana (OSU)
Hermana Maria Klemensa Staszewska (1890–1943), superiora de un monasterio, murió de tifus el 27 de julio de 1943 en Auschwitz mientras rezaba el Magnificat.
Sacerdotes diocesanos de Polonia
Padre Piotr Edward Dankowski (1908–1942), vicario en Zakopane, ayudó a refugiados durante la ocupación nazi. Murió el Viernes Santo, 3 de abril de 1942, diciendo: “¡Nos vemos en el cielo!”.
Beato Bolesław Strzelecki (1896–1941) fue conocido como el “San Francisco de Radom” por su generosidad y fe. Murió el 2 de mayo de 1941.
Padre Kazimierz Sykulski (1882–1942) murió fusilado el 1 de diciembre de 1941, diciendo: “Si Dios me pide este sacrificio, lo ofrezco por el bien de la Iglesia y la patria”.
Padre Roman Sitko (1880–1942), rector de un seminario, fue arrestado por continuar formando estudiantes de teología. Murió el 17 de octubre de 1942 en Auschwitz.
Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.