Con el lema “Patagonia, tierras y pueblos de paz”, se celebró la tradicional Misa Binacional, que une a católicos del sur de Argentina y Chile en un gesto de amistad entre los países y oración por la paz.
Como cada año, la celebración de la Eucaristía tuvo lugar el último sábado de enero en la capilla Nuestra Señora de El Triana, ubicada en el paso fronterizo de Lago Castor, al suroeste de la provincia del Chubut, Argentina.
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Celebraron la Misa el Obispo de Comodoro Rivadavia (Argentina), Mons. Jorge Wagner; y el Obispo de Aysén (Chile), Mons. Luis Infanti.
A 40 años del tratado de paz entre ambos países, este gesto, que se realiza año tras año, busca fortalecer los lazos de fraternidad y pedir la bendición de Dios para los pueblos de la zona.
Esta tradicional Misa ha sido declarada de interés cultural provincial por las autoridades de la provincia de Chubut, señaló a Santa María TV la Directora de Artes y Promoción Cultural de Chubut, Anabella Harneggett, fundamentando que este evento “excede solamente lo religioso, sino que ya es representativo de los dos pueblos”. Este año, además, durante la celebración hubo dos bautismos.
Al finalizar la Eucaristía, Mons. Wagner expresó “muchísima alegría de poder estar acá, con un grupo tan lindo de gente, de poder rezar por la paz, poder tener presente también ese gran momento que vivieron estos países, que fue en el año 1984 este tratado de paz y de amistad entre nuestros pueblos”.
“Eso es lo que queremos también con este encuentro: poder fortalecer y que nuestros pueblos sigan teniendo un vínculo fuerte de amistad y que ayude también al progreso y al bienestar de todos”, anheló.
Mons. Infanti, por su parte, afirmó. “Las buenas tradiciones se repiten. Aquí en El Triana, último sábado de enero, nos juntamos desde hace muchos años para orar y confraternizar por la paz”.
“La capilla que está justo aquí, en la frontera, está dedicada a la Virgen de El Triana, una devoción originaria de Sevilla, España, y este año justamente el Triana se venera como la Virgen de la esperanza”, explicó.
“Este año, que es el año del jubileo ‘Peregrinos de Esperanza’ ha tenido un sabor especial la Misa, no sólo por la fraternidad que hemos y estamos celebrando, sino porque queremos ser personas comprometidas con la esperanza en un mundo que carece de ella”, valoró el prelado.