Al comenzar el Mes de la Familia en Argentina, el Arzobispo de Santa Fe, Mons. José María Arancedo, dirigió una “Carta a la Familia Cristiana” en la que le pide vivir su vocación apostólica.
Mons. Arancedo recordó que “la familia cristiana es una intimidad que no se encierra ni aísla, sino que vive en su seno la dimensión evangelizadora de la Iglesia”, y pidió que “vivan la alegría del amor que los ha unido y el compromiso del Evangelio que han recibido”.
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El Arzobispo reconoció “las dificultades por las que atraviesa hoy la familia” y señaló que se puede “hablar, incluso, de una cierta orfandad. La situación social y económica no siempre presta el marco de valores y los medios necesarios para crear un ámbito que haga posible su desarrollo y crecimiento. Es más, cuántas veces se siente agredida en sus convicciones y proyectos”.
Según el Prelado, “vivimos una cultura con un fuerte acento subjetivista que en algunos casos llega a actitudes egoístas. Esto debilita la capacidad oblativa del amor tan necesaria para pensar en el otro, con quien debemos construir juntos el nosotros de la familia”.
“Este clima cultural, además, no siempre reconoce en la exigencia objetiva de los valores morales una instancia de verdad y de encuentro válida para todos. No puedo dejar de pensar en esa dura realidad económica como consecuencia de los bajos ingresos, y que alcanza en la desocupación una herida que compromete su dignidad”, indicó.
Sin embargo, señaló que en este contexto “debemos vivir y proclamar el gozo y la grandeza del don de la familia” así como protagonizar “una historia de amor y de salvación que Dios ha realizado por su Hijo y que se prolonga en el mundo a través de la Iglesia”.
“La Iglesia pone su mirada y su confianza en ustedes, para decirle al mundo que descubra en la familia el ámbito de la plena realización del amor de los esposos y la sana exigencia de ese amor en el cuidado y la educación de los hijos; que es ella la primera escuela de los derechos humanos y, además, el camino privilegiado en el nacimiento y desarrollo de la fe de los niños”, agregó.