El Jubileo de la Esperanza 2025 ya está en marcha, y con él, una oportunidad única para renovar la fe y obtener indulgencias plenarias durante todo el Año Santo.
Como requisitos básicos para obtener la indulgencia plenaria, es indispensable que los fieles estén verdaderamente arrepentidos, excluyan todo afecto al pecado, actúen movidos por la caridad, se purifiquen mediante la Confesión, reciban la Comunión y oren por las intenciones del Papa.
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Esta indulgencia, que también puede aplicarse en sufragio por las almas del Purgatorio, sólo puede ser concedida por la Iglesia al realizar una acción concreta sumada a los requisitos previos.
Esta guía ofrece 30 ejemplos prácticos para obtener esta gracia que otorga la Iglesia por los méritos de Jesucristo, los cuales son detallados por el Vaticano en un reciente documento oficial.
Participar devotamente en una Misa en una iglesia jubilar designada.
Asistir a ejercicios espirituales.
Participar en encuentros de formación sobre textos del Concilio Vaticano II.
Asistir a encuentros de formación sobre el Catecismo.
Realizar una peregrinación a una de las cuatro Basílicas Papales Mayores en Roma.
Visitar una de las tres Basílicas en Tierra Santa (Santo Sepulcro, Natividad o Anunciación).
Peregrinar una iglesia catedral u otras iglesias y lugares sagrados designados en las diferentes diócesis.
Visitar devotamente un lugar jubilar designado por el obispo local y realizar adoración eucarística.
Realizar la tradicional visita de las "siete Iglesias" en Roma.
Rezar el Padre Nuestro y el Credo en cualquier forma legítima tras escuchar las palabras del Papa o del obispo local en los medios de comunicación (sólo es válido cuando existan graves motivos de salud).
Visitar las Catacumbas cristianas en Roma.
Peregrinar a una Basílica Papal menor, como las de Asís.
Visitar un santuario mariano designado para el Jubileo.
Participar en una Misa ritual para conferir sacramentos de iniciación cristiana (Bautismo, Primera Comunión, Confirmación o la Unción de los enfermos) en un lugar jubilar.
Asistir a una celebración de la Liturgia de las Horas en un lugar jubilar.
Rezar el Vía Crucis en un sitio designado para el Jubileo.
Recitar el Rosario mariano en un lugar jubilar.
Participar en una celebración penitencial comunitaria con confesión individual en un lugar jubilar.
Realizar una obra de misericordia corporal, como dar de comer al hambriento.
Llevar a cabo una obra de misericordia espiritual, como consolar al triste.
Visitar a enfermos, encarcelados o ancianos en soledad.
Abstenerse de distracciones banales durante un viernes (por ejemplo, redes sociales) y donar a los pobres.
Ayunar o practicar la abstinencia según las normas de la Iglesia.
Apoyar obras de carácter religioso o social, especialmente en defensa de la vida.
Dedicar tiempo libre a actividades de voluntariado.
Recibir la Bendición Papal impartida por los obispos en las catedrales o iglesias jubilares.
Participar en las misiones populares o parroquiales para facilitar el reencuentro de las personas con Cristo.
Realizar un acto de caridad por las almas del Purgatorio y recibir la Comunión por segunda vez en el mismo día permite una segunda indulgencia en un solo día.
Visitar la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén en Roma.
Peregrinar a un santuario nacional o internacional designado por las conferencias episcopales.