El P. Francesco Bamonte, vicepresidente de la Asociación Internacional de Exorcistas (AIE) y sacerdote de los Siervos del Inmaculado Corazón de María, afirma que la devoción a la Virgen hace huir al diablo, en una reflexión por el tiempo de Navidad y el Jubileo de 2025.

“La devoción a la Virgen –que tiene su máxima expresión en la consagración a Ella y a su Inmaculado Corazón– si es bien vivida por nosotros, permite a esta Madre actuar profundamente en nuestras vidas y operar en nosotros al máximo esta conformación a la vida del Hijo”.

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Además, explica el exorcista de 65 años, la devoción a María nos permite “enriquecernos con muchas gracias extraordinarias y hacer huir de nosotros y de los demás al enemigo del género humano, el Maligno, que continuamente se esfuerza por cerrar los corazones de los hombres a la gracia y al amor misericordioso de Dios”.

En un texto en italiano titulado “Madre de Cristo y Madre nuestra: Una meditación en preparación a la Navidad y al gran Jubileo de 2025”, el vicepresidente de la asociación que agrupa a uso 900 exorcistas, resalta la importancia de vivir este tiempo “unidos a la Virgen Inmaculada”.

El Jubileo de la esperanza, prosigue, “nos introducirá en la gran gracia” del Señor, ya que “la Misericordia de Dios, que a partir de ese momento (24 de diciembre) es dada en medidas sobreabundantes a través del Corazón de la Madre de la Misericordia, nos hace ‘abundar en esperanza’, para poder despertarla en quienes la tienen dormida y hacerla surgir en quienes que nunca han tenido”.

El sacerdote italiano destaca además que “porque el Hijo de Dios, al hacerse carne, se hizo también Hijo de María, todo hombre no sólo se hace hijo de Dios en Él, sino que también se hace hijo de la Virgen en Él, como Jesús fue y es el Hijo de la Virgen”.

“En la medida en que cada hombre se abre a su acción materna, dejando que la Virgen, en su inefable amor de Madre, lo alimente, lo eduque y lo cuide, le permite imprimir en sí la fisonomía de Jesús, llevar los sentimientos de Jesús a su corazón, reproducir en su alma las actitudes de Jesús”, subraya.

Para concluir, el P. Bamonte hace votos para “que Nuestra Señora, Mater spei (Madre de la esperanza) y Mater veniae (Madre del perdón), nos acompañen hacia el Señor”.

El Jubileo de la esperanza comenzó oficialmente el 24 de diciembre cuando el Papa Francisco abrió la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro en el Vaticano; y concluirá el 6 de enero de 2026, cuando esta misma Puerta Santa se cierre.