Los obispos de Ecuador han pedido a los sacerdotes del país que ofrezcan las misas del domingo 5 de enero por los cuatro niños que aparecieron calcinados en Guayaquil, así como por sus familiares y amigos, y que rueguen a Dios también por el fin de la violencia.

El Arzobispado de Quito informó este 3 de enero de una comunicación del Consejo de Presidencia de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, en la que se hace este pedido concreto “a todas las jurisdicciones del país”.

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“Como lo expresábamos en nuestro comunicado del 23 de diciembre la desaparición de Josué, Ismael, Saúl y Steven nos ha conmovido a todos. El anuncio del hallazgo de sus restos calcinados, llenan de indignación el corazón de todo hombre y mujer de buena voluntad en el Ecuador y fuera de él. Los gritos y lágrimas de sus padres, familiares y amigos son los nuestros”, señalan los obispos de Ecuador.

Por esa razón, animan a que “en todas las eucaristías de este domingo 5 de enero, en todas nuestras parroquias, templos y capillas podamos orar de manera especial por ellos”.

Los prelados exhortan asimismo a ofrecer las misas por los padres de los menores, “a quienes, desde la Arquidiócesis de Guayaquil, se ha acompañado desde el primer momento, y que elevemos una oración para que el compromiso de ‘erradicar la violencia que hiere y lastima nuestro presente y futuro’ sea el aporte concreto que podemos dar como católicos a este clima enrarecido por la mentira, la impunidad y el olvido".

En ese sentido, el Arzobispo de Quito, Mons. Alfredo Espinoza, solicitó a todos los sacerdotes de su arquidiócesis que acojan “el pedido de la Conferencia Episcopal poniendo esta intención particular en todas las celebraciones del domingo 5 de enero”.

La desaparición de cuatro niños que ha conmocionado a Ecuador

El 31 de diciembre, la Fiscalía de Ecuador informó en su cuenta de X que “los resultados de las pericias de genética forense confirman que los 4 cuerpos encontrados en #Taura corresponden a los 3 adolescentes y un niño desaparecidos tras un operativo militar, el pasado 8 de diciembre”.

Ese día, hombres vestidos con uniforme militares secuestraron a los hermanos José e Ismael Arroyo, y a Saúl Arboleda y Steven Medina, todos menores de edad entre 11 y 15 años, en la zona conocida como Las Malvinas, un barrio pobre del sur de Guayaquil.

La Fiscalía también informó que ha solicitado la detención y prisión preventiva para 16 militares que están bajo investigación, por este caso que ha conmocionado a todo Ecuador.

De acuerdo a CNN en Español, el 25 de diciembre la jueza Tanya Loor aceptó un habeas corpus de los familiares de los cuatro menores y declaró su “desaparición forzada”. Según la magistrada, los 16 militares involucrados no cumplieron con los protocolos establecidos ni solicitaron cooperación de la policía.