Pep Borrell (Barcelona, 1963) es odontólogo de profesión, pero su pasión es conocer y difundir la verdad profunda y contracultural del noviazgo y el matrimonio de acuerdo a las enseñanzas de la Iglesia Católica. 

Casado, padre de cinco hijos y abuelo de cinco nietos, acaba de publicar Novios 100% Cómo tirar la caña con acierto, su segundo libro tras Bailar en la cocina. El secreto de los matrimonios que disfrutan

Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram

Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:

En este volumen dedicado al noviazgo, aborda las principales cuestiones sobre esta importante etapa, con la mira puesta en forjar las bases para un matrimonio sólido y feliz. 

A través de un lenguaje cercano al joven, Borrell analiza las fases del amor, ofrece claves para elegir bien y se aproxima a aspectos de plena actualidad como conocerse por Internet, el miedo al compromiso, la cohabitación, los noviazgos a distancia o la relación con la familia política. 

En conversación con ACI Prensa, Borrell afirma que el sentimentalismo amenaza el noviazgo católico, que lo fundamental de esta etapa es “conocerse a fondo” y que “la atracción y el enamoramiento te vienen, pero el amor te lo trabajas”. 

También subraya el “sentido sobrenatural” de las relaciones sexuales en el matrimonio y argumenta las razones para posponer esta unión durante el noviazgo, al tiempo que recuerda que “solo hay una unión más íntima entre dos cuerpos que la unión sexual de los esposos: la Eucaristía”.

¿Cuál es la mayor o más peligrosa amenaza para un noviazgo santo en nuestros días?

Sin ninguna duda el desánimo y la falta de alegría, el pensar que no es posible y que el amor para siempre no existe.  El dejarse llevar por el ambiente sentimentalista imperante que dificulta el plantearse las cosas con futuro y compromiso.

En la cultura actual se estila mucho hablar de "pareja" como fórmula que no implica necesariamente un compromiso. ¿Qué compromisos esenciales implica un noviazgo?

A mí me gusta decir que el noviazgo no es un "matrimonio en miniatura", es una etapa muy distinta en la cual lo fundamental es conocerse a fondo para saber si con esa persona con la que estamos saliendo, somos capaces de compartir la vida.

Es la elección más importante de nuestra vida, para los que tenemos vocación al matrimonio, que somos la inmensa mayoría, y demasiadas veces se toma sin razonarla demasiado, solo movidos por los sentimientos o por lo bien que lo pasamos o por las cosas que compartimos y nos creemos que con esa persona con la que salimos, lo pasaremos bien toda la vida. Disfrutan, pero no se conocen.

Si bien se viven emociones importantes, en especial durante el noviazgo, subraya la importancia de la racionalidad en la relación de amor. ¿Por qué esto no supone "matar" el amor, que se dibuja tantas veces apasionado un poco loco y emocional?

Ahí está el quid de la cuestión: en saber distinguir el sentimiento de la voluntad de amar. Una cosa es lo que pueda sentir y otra muy distinta lo que decida hacer. Por eso en las etapas iniciales del noviazgo siempre nos debemos plantear una pregunta: ¿Me conviene?

La atracción y el enamoramiento te vienen, pero el amor te lo trabajas. Porque el enamoramiento es puro sentimiento, un sentimiento propio "yo me siento muy bien" y el amor, el querer amar a alguien, es un acto de la voluntad "yo me desviviré por hacerte feliz a ti".

Por eso: Yo me puedo comprometer a amar, porque depende de mí, pero no me puedo comprometer a sentir porque los sentimientos van y vienen, no los controlamos. Pero lo más interesante, y esta es la maravilla del amor, cuanto tú te lo trabajas, cuando te esfuerzas en querer el bien del otro, en pensar más en el otro que en ti, el sentimiento vuelve y más potente si cabe.

El problema es que al principio no es fácil porque el enamoramiento es una explosión hormonal que muchas veces nos ciega el intelecto. Por eso es bueno dejar bajar el tsunami, conocerse a fondo para tomar la decisión adecuada que, recordemos, es la más importante de tu vida.

Tampoco podemos actuar exclusivamente movidos por la razón y ser unos repelentes analizando racionalmente cualquier decisión, hay que casarse enamorado, pero no tonto.

¿Qué hacer con eso que no me gusta nada, nada, nada del otro?

Lo importante es saber que hay cosas del otro que no te gustan, todos tenemos virtudes y defectos, es muy importante conocer los defectos de tu novio o novia, hay que quererle con sus virtudes y sus defectos.

Eso que no te gusta nada de nada, habrá que valorar si es algo opinable, importante o grave. Si es algo opinable no solo hay que respetarlo, sino que debes esforzarte en aceptarlo. Si es importante, hay que hablarlo a fondo y tomar una decisión. Si es algo grave... déjalo, no te metas en berenjenales.

Un error habitual es querer cambiar al novio o la novia o esperar que cambie, pero los cambios sólo nos los podemos aplicar a nosotros mismos. Hay que saber qué cosas no le gustan al otro para, en la medida de lo posible, intentar mejorarlas. Pero cada uno tiene sus virtudes y sus defectos, hay que conocerlos y aceptarlos o conocerlos y dejarlo.

Afirma que el "noviazgo no es una guardería". ¿Hay mucho infantilismo en esta etapa? ¿Cómo remediarlo?

Actualmente hay mucho flojeras y lo escribo con "o" porque hay más hombres "flojos" que mujeres, aunque, como en todo, nos vamos igualando. Hombres a los que les cuesta mucho esforzarse, comprometerse, sacrificarse, que sólo se miran el ombligo, que sólo hacen lo que les apetece y cuando les apetece.

Con este tipo de gente es muy difícil mantener una relación, porque los noviazgos requieren esfuerzo, desvivirse, sacar lo mejor de uno mismo. Debe ser una época de ilusión, de entusiasmo... Si tú ves que a tu novio le tira mucho el sofá y es muy caprichoso con lo suyo, no es un buen candidato para formar una familia. El noviazgo no es para ser ni enfermera ni cuidadora de nadie.

Para los católicos, que la relación de noviazgo te acerque o te aleje de Dios ¿es la prueba irrefutable para seguir o dejarlo?

Los católicos nos debemos plantear esta pregunta ante cualquier decisión en la vida, desde lo más simple a lo más complicado, ¿Esto me acerca o me aparta de Dios? Y evidentemente en el noviazgo que, repito, es la época en la que tomaremos la decisión más importante de nuestra vida, por supuesto que nos debemos hacer la pregunta y si un noviazgo te aparta de Dios hay que dejarlo o ponerle remedio.

El noviazgo debe sacar la mejor versión de uno mismo, no debe apartarte de nadie, debe hacerte mejor persona, mejor estudiante o profesional, mejor amigo de tus amigos, mejor hijo. La mejor versión de ti mismo.

Los novios se deben ayudar para conseguirlo. Es una época en la que uno debe estar radiante, con ganas de comerse el mundo. Si, en lugar de esto, un noviazgo te aparta de Dios, de tu familia y amigos, te hace estar más apático o te quita la paz, no es para ti, déjalo.

En el libro defiende que "no hay nada más seguro que tener relaciones sexuales exclusivamente con la persona a la que amas, que es con la que decides compartir toda tu vida". Más allá de la seguridad sanitaria ¿a qué otras seguridades se refiere?

La sexualidad es el lenguaje del amor, los hombres necesitamos el cuerpo para decir que nos amamos. El máximo de unión entre un hombre y una mujer es tener relaciones sexuales, es el máximo de intimidad. Nos entregamos totalmente el uno al otro, sin condiciones.

Esa entrega debe ser libre, total, fiel y fecunda y eso solo se puede dar en el matrimonio. Una relación fuera del matrimonio será libre, pero no es total, porque no te has entregado en cuerpo y alma a esa persona; tampoco es fiel, porque no le has asegurado que esa relación es para siempre, hasta que la muerte nos separe; y, seguramente, no será fecunda porque no estará abierta a la vida.

Esta doctrina de la Iglesia Católica no está pensada para fastidiar al personal, está pensada para que seamos felices en esta tierra y después lo seamos eternamente en el cielo.

No es un tema de pecado o prohibición, es un tema de entrega y amor, porque si no, ¿qué hay reservado para esa persona, única, con la que vas a compartir la vida y vais a ser un solo cuerpo?

La sexualidad es un regalo de Dios a los seres humanos, solo a nosotros, porque somos racionales, tenemos inteligencia y voluntad para hacer las cosas y podemos disfrutar de ella como queramos, colaborando con Dios en la procreación y uniendo nuestros cuerpos como una sola carne, imagen de Dios Uno y Trino, comunidad de amor. Precioso, Dios pensó en nosotros así. Qué maravilla.

 "En el matrimonio tener relaciones sexuales es hacer oración" ¿Cómo explicar esta verdad revelada a la Iglesia Católica en una sociedad secularizada?

El sentido sobrenatural de las relaciones sexuales es algo espectacular. Dios es amor y la máxima expresión de amor en el matrimonio es la unión sexual de los esposos que nos hacemos imagen de Dios, dos personas que nos unimos formando una sola carne.

Expresamos nuestro amor a Dios amando a nuestro cónyuge, utilizamos nuestro cuerpo para expresar nuestro amor. Un amor imagen del amor de Dios por la Iglesia que es su esposa y que también es libre, total, fiel y fecundo.

Solo hay una unión más íntima entre dos cuerpos que la unión sexual de los esposos: la Eucaristía. En la comunión nos comemos, literalmente, el cuerpo de Cristo y nos hacemos uno con Él, un milagro.

Sé que no es fácil de entender para una persona no creyente, hay que vivirlo, hay que disfrutarlo, vivir el amor humano con esta visión sobrenatural es jugar otra liga. ¡¡A bailar!!